Una de las noticias más importantes en materia internacional este jueves fue dada por el anuncio de la dimisión del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, quien abandonará el poder en medio de una serie de crisis que obligaron a que finalmente decidiera apartarse del cargo.
Sin embargo, en el marco de dicha dimisión, medios internacionales, entre los que se cuenta el ‘New York Post’, han notado como ‘curiosa’ la reacción que, desde la Casa Blanca, emitió el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtiendo que este, a diferencia de sus antecesores, en casos de salidas o finales de período de sus homólogos británicos, se ha mostrado distante de Johnson, llegando incluso a obviar el referirse a él por su nombre.
Medios internacionales han notado la forma en la que, pese a que Biden se manifestó sobre el anuncio de dimisión de Johnson, afirmando que su gobierno seguirá trabajando en pro de una estrecha relación de cooperación que hermana a esos dos países, no tuvo una serie de palabras en reconocimiento de uno de los que hasta ahora ha sido uno de sus principales socios y homólogos frente a causas importantes como la guerra en Ucrania y a la posición de rechazo a Rusia.
En el comunicado dado a conocer por la Casa Blanca, con ocasión de lo ocurrido en Reino Unido, el mandatario de este último precisó que “el Reino Unido y Estados Unidos son los amigos y aliados más estrechos, y la relación especial entre nuestros pueblos sigue siendo fuerte y duradera”, complementado a su vez con la expresión del deseo de seguir estrechando los lazos de cooperación, haciendo énfasis en “mantener un enfoque fuerte y unido para apoyar al pueblo de Ucrania mientras se defiende de la brutal guerra de Putin contra su democracia y considerar a Rusia responsable de sus actos”.
El comunicado en cuestión fue dado a conocer apenas pocas horas después de que, desde Down Street 10, la residencia del primer ministro británico, este anunciara el fin de su era, advirtiendo que permanecerá en el cargo solamente hasta que se determine quién le sustituirá.
Según recoge el New York Post, la situación evidenciada en el comunicado de la Casa Blanca muestra una brecha muy grande frente a las relaciones que durante las últimas décadas han hermanado a los gobiernos de EE. UU. y Reino Unido, recordando la forma en la que algunos de los expresidentes como Obama, Trump y Bush han expresado palabras muy ‘cercanas’ en los momentos en los que sus homólogos británicos han decidido hacerse a un lado, o en momentos en los que sus gobiernos han concluido, dando lugar a nuevas eras para el Reino Unido.
Entre los discursos destacados por el New York Post se encuentra el pronunciado por el expresidente Trump en reconocimiento de la labor de Theresa May, antecesora de Boris Johnson, quien decidió apartarse del cargo ante la imposibilidad de lograr la aprobación, por parte del Parlamento, del Acuerdo de Brexit.
En aquel entonces, Trump manifestó sentirse ‘mal’, admitiendo que tenía admiración por la mandataria, a quien calificó como “una buena mujer”, reconociendo fortalezas de su mandato y el trabajo duro que la caracterizó.
En ese mismo sentido, el Post recordó las palabras que en 2016 pronunció el entonces presidente Barack Obama para reconocer el trabajo de David Cameron tras el referendo en el que el Reino Unido decidió cesar su participación en la Unión Europea.
En aquel entonces, Obama calificó a su homólogo como un “amigo y socio excepcional”, aplaudiendo las causas que juntos compartieron en la escena internacional.
De igual modo, en su momento, el expresidente George W. Bush aplaudió la labor de su homólogo Tony Blair, y en momentos en los que este entregaba el poder a Gordon Brown, destacó al mandatario británico como un hombre que “pensaba en el horizonte”, reconociendo que era un mandatario digno de respeto y ‘cumplidor de su palabra’.
El adiós de Boris
Marcado por un particular estilo, el gobierno de Boris Johnson estuvo marcado por fuertes lunares y obstáculos, dados por los múltiples escándalos en los que se vio envuelto el mandatario, los cuales minaron su imagen al interior del electorado, perjudicando a la vez su credibilidad.
Si bien Boris Johnson consiguió una de las dianas propuestas con su llegada, referidas a la aprobación del Acuerdo de Brexit, la implementación de dichos acuerdos y los problemas derivados de dicho proceso se convirtieron en retos que no logró afrontar con éxito.
En ese mismo sentido, Johnson se vio obligado a asumir, desde el poder, la grave crisis derivada del coronavirus, situación que además derivó en el estallido del escándalo del ‘partygate’ que terminó por dañar su imagen al interior de sus dirigidos, llevando a varias dimisiones, y a que las presiones para su salida se intensificaran incluso desde el interior de su propio partido.