Jersón, ubicada a orillas del mar Negro y del río Dniéper, se ha convertido en uno de los epicentros de la invasión rusa, como quiera que tras un plebiscito cuestionado por la comunidad internacional, fue anexada a ese país, también es epicentro de la recuperación territorial por las tropas ucranianas.

En medio de ese panorama y tras el ingreso de las Fuerzas Militares ucranianas, la fiscalía anunció este lunes haber descubierto cuatro cámaras de tortura usadas por los rusos durante los casi nueve meses de ocupación rusa.

“En Jersón, los fiscales continúan determinando los crímenes de Rusia”, indicó la fiscalía ucraniana en Telegram, y afirmó que los funcionarios hallaron “sitios de tortura” en “cuatro edificios”.

De acuerdo con la información, en esos cuatro edificios visitados por los investigadores, hay “centros de detención provisionales” de antes de la guerra, “donde, durante la toma de la ciudad, los ocupantes detuvieron ilegalmente a personas y las torturaron brutalmente”.

Jersón fue la primera gran ciudad que cayó en manos rusas tras la invasión el 24 de febrero. El ejército ucraniano reconquistó la localidad, capital de la región homónima, el 11 de noviembre.

Los investigadores incautaron “trozos de porras de caucho (Palo con una bola o cabeza gruesa y redondeada en uno de sus extremos, que se usa como arma para golpear), un bate de madera, un aparato utilizado para electrocutar a civiles, una lámpara incandescente y balas”, explicó la fuente.

“La labor para establecer los lugares de tortura y de detención ilegal de personas continúa”, afirmó la fiscalía ucraniana, la que también desea “identificar a todas las víctimas”.

A través de su cuenta en Facebook en Jersón se han constatado también indicios de al menos una ejecución.

La semana pasada, las autoridades ucranianas ya habían denunciado el hallazgo de otra supuesta cámara de tortura en esa región, en concordancia con las acusaciones que Kiev que ha venido presentando a medida que recuperaba terreno ocupado por Moscú.

Entre tanto, investigadores de la ONU han acusado a las fuerzas rusas de torturar de forma sistemática a los prisioneros de guerra.

Una anciana ucraniana mira desde su jardín en el pueblo de Bilozerka, cerca de Jersón, en medio de la invasión rusa de Ucrania. (Foto de BULENT KILIC / AFP) | Foto: AFP or licensors

La retirada rusa, la tercera de envergadura desde el inicio de la invasión, representó un duro revés para el presidente Vladimir Putin.

Desde que recuperó la ciudad, Kiev ha denunciado en varias ocasiones los “crímenes de guerra” y las “atrocidades” cometidas por los rusos en la región, una de las cuatro que Moscú se anexionó en septiembre.

Rusia acusa

Aunque el Gobierno de Rusia no se ha referido a esa denuncia, si prometió “castigar” a los responsables de la supuesta ejecución de un grupo de soldados rusos en Ucrania, denunciado por Moscú como un “crimen de guerra”.

Según el portavoz de la presidencia, Dmitri Peskov, Ucrania habría ejecutado a más de diez de sus militares que habían depuesto las armas, basándose en videos publicados en las redes sociales.

“Por supuesto, Rusia buscará a los autores de este crimen. Deben ser encontrados y castigados”, señaló a los medios de comunicación, tras señalar que acudirá recurrirá a instancias internacionales para este fin, “si puede ser de utilidad”.

En el primer video, unos diez militares presuntamente rusos salen uno tras otro de un cobertizo con las manos en alto. A continuación se tumban boca abajo en el suelo bajo el mando de soldados aparentemente ucranianos que los retienen a punta de pistola.

La grabación se interrumpe bruscamente cuando sale otra persona del cobertizo y parece disparar. Otro video grabado por un dron muestra el mismo lugar con una decena de cuerpos de soldados en el suelo, en medio de charcos de sangre.

La comisión del Parlamento ucraniano sobre derechos humanos negó el domingo que el ejército ucraniano hubiera ejecutado a prisioneros de guerra rusos.

Según esta comisión, los soldados ucranianos se defendieron de soldados rusos que simulaban rendirse.

Los militares rusos asesinados en ese incidente “no pueden entonces ser considerados como prisioneros de guerra”, argumentó Dmytro Lubynets, el encargado ucraniano de asuntos de derechos humanos.

Naciones Unidas afirmó la semana pasada que estaba al tanto de los videos y que los estaba analizando. Un informe señaló que había denuncias creíbles de abusos cometidos por ambas partes.

* Con información de Europa Press y AFP.

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