Una investigación en conjunto entre el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y la Universidad McMaster logró identificar un nuevo antibiótico contra una bacteria que, hasta hoy, era resistente a los medicamentos contra infecciones disponibles en el mundo, todo debido a un algoritmo logrado por medio de la Inteligencia Artificial (IA).
Según informó el MIT, el nuevo antibiótico se creó para combatir la Acinetobacter baumannii, que sería una bacteria causante de neumonía y meningitis, entre otras infecciones graves y que, hasta el momento no se tenía cómo combatirla, por lo que podía llegar a ser una sentencia fatal para quien la adquiriera.
“Acinetobacter puede sobrevivir en los picaportes y equipos de los hospitales durante largos períodos de tiempo y puede adquirir genes de resistencia a los antibióticos de su entorno. Ahora es muy común encontrar aislamientos de A. baumannii que son resistentes a casi todos los antibióticos”, afirmó Jonathan Stokes, profesor asistente de bioquímica y ciencias biomédicas en la Universidad McMaster.
Incluso, desde el instituto recalcaron que esta bacteria era la principal causante de las infecciones entre soldados en Irak y Afganistán, siendo esta, otra de las motivaciones para avanzar en el desarrollo de un fármaco que pudiera salvar las vidas que se estaban menguando por su carencia.
“Este hallazgo respalda aún más la premisa de que la IA puede acelerar y expandir significativamente nuestra búsqueda de nuevos antibióticos”, afirmó James Collins, profesor de Ingeniería y Ciencias Médicas de Termeer en el Instituto de Ingeniería y Ciencias Médicas (IMES) y el Departamento de Ingeniería Biológica del MIT. “Estoy emocionado de que este trabajo muestre que podemos usar la IA para ayudar a combatir patógenos problemáticos como A. baumannii “, agregó.
Así entonces, se recalcó que el trabajo de los investigadores se basó en la identificación del nuevo antibiótico al analizar 7.500 posibles compuestos que podrían combatir la bacteria, por lo que habrían utilizado un algoritmo que entrenó a la inteligencia artificial para identificar cuáles eran los componentes que podían llegar a combatir a la A. baumannii.
“Los antibióticos a menudo deben administrarse sistémicamente y lo último que se desea hacer es causar una disbiosis significativa, exponiendo a estos pacientes ya enfermos a infecciones secundarias”, recalcó Stokes, indicando que el antibiótico encontrado también evita que se formen otras infecciones con bacterias benignas que hacen parte típica del organismo.
El nuevo proyecto de la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que está poniendo en marcha una red mundial para proteger a la población frente a amenazas y enfermedades infecciosas provenientes de agentes patógenos.
Bajo el nombre de la Red Internacional de Vigilancia de Patógenos (IPSN), se pondrá a disposición de los países y regiones a nivel mundial, una plataforma que recopilará análisis de muestras y guardará información que servirá para monitorear las infecciones que amenazan la salud de los habitantes y a la salud pública en general.
Este sistema permitirá analizar el código genético de los virus, bacterias y otros microorganismos detonantes de enfermedades, lo cual permitirá saber dónde están sus focos de contagio y el modo de propagación. La información de esta amplia base de datos podrá ser empleada por científicos y responsables de la salud pública, permitiendo que el desarrollo de vacunas y tratamientos sean más eficaces.
Por medio de la intervención de la oficina del Centro de Información de la OMS sobre Pandemias y Epidemias, se reunirá la información de diversos expertos a nivel mundial que trabajan en el sector de análisis de datos para la prevención de patologías y que operan de la mano con las entidades gubernamentales, fundaciones, organizaciones multilaterales, sociedad civil, mundo académico y sector privado de sus respectivas naciones.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, señaló que el propósito de esta vasta red es desempeñar un papel fundamental en la seguridad sanitaria, para poner al alcance de todos los países la información suficiente, para hacerle frente a los agentes patógenos que amenazan la salud de las personas, tal y como quedó demostrado en la pandemia por la covid-19.