Un equipo de científicos de China, Brasil, Reino Unido, Dinamarca y Japón publicó un estudio en la revista Current Biology en el que presentaron un inusual descubrimiento que tiene una antigüedad de aproximadamente 160 millones de años y que evidenció características nunca antes observadas en la especie animal de los extintos dinosaurios.
Se trata de una nueva especie de pterosaurio, una gama extinta de saurópsidos arcosaurios voladores que vivieron durante casi toda la Era Mesozoica, es decir, que habitaron nuestro planeta hace más de 150 millones de años. Los restos fósiles del animal fueron identificados en la formación geológica conocida como Tiaojishan en Liaoning, China.
Sin embargo, uno de los hallazgos más llamativos radica en que los restos del animal encontrado incorporaba un dedo pulgar opuesto similar al que tienen los monos, por lo que los investigadores explicaron que esta especie de dinosaurios podía incluso trepar árboles haciendo uso de ese pulgar.
De hecho, el ejemplar identificado fue apodado “monodáctilo”, por cuenta del dedo pulgar, propio de los primates, que usaban estos animales para trepar árboles.
Los investigadores resaltaron que el descubrimiento representa el registro fósil más antiguo conocido de pulgares opuestos, además de que ese rasgo no había sido identificado nunca en la especie de los pterosaurios, pues es una característica muy poco frecuente en el caso de los mamíferos.
“La nueva especie exhibe el registro más antiguo de oposición palmar (o verdadera) del pollex, que no tiene precedentes para los pterosaurios y representa una adaptación sofisticada relacionada con la locomoción arbórea”, señala el estudio publicado en la revista Current Biology.
“Los análisis de coordenadas principales sugieren un estilo de vida arbóreo para la nueva especie, pero no para otras especies estrechamente relacionadas de la misma localidad, lo que implica un posible caso de partición de nichos ecológicos”, complementaron los investigadores.
El nombre científico otorgado a esta inusual especie de reptiles ha sido denominado como Kunpengopterus antipollicatus, cuyos restos fósiles evidencian que se trataba de una especie de tamaño reducido para su época, pues su envergadura de alas era de aproximadamente 85 centímetros.
Por su parte, la coautora del estudio, Fion Waisum Ma, aseguró que los dedos de esta especie “son pequeños y están parcialmente incrustados en la losa”, por lo que fue necesario utilizar la técnica de microtomografías computarizadas para diseñar modelos digitales que permitiera analizar en detalle las características de este tipo de pulgar opuesto.
¿Regresarán los dinosaurios a la vida real?
El descubrimiento de los restos fósiles de los pterosaurios se conoce en medio de unas recientes declaraciones de Max Hodak, presidente y cofundador de Neuralink, una compañía tecnológica liderada por el multimillonario Elon Musk, en las que aseguró que ya existe la tecnología lo suficientemente avanzada para crear un parque jurásico en la vida real, lo que permitiría desplegar nuevas especies de animales exóticos.
“Probablemente podríamos construir un parque jurásico si quisiéramos”, afirmó el directivo de Neuralink a través de su cuenta de Twitter, en la que agregó que incluso en aproximadamente 15 años esa tecnología podría reproducir especies similares a los dinosaurios, aunque estos no serían genéticamente auténticos.
“Tal vez con quince años de reproducción e ingeniería obtendríamos nuevas especies superexóticas”, complementó Max Hodak en sus redes sociales, en las que también ha escrito que la biodiversidad es valiosa, pero que también hay que pensar en ir más allá de la conservación para crear una “diversidad novedosa”.
A pesar de que las declaraciones de Hodak pueden lucir interesantes para muchos, pues representarían un atractivo incluso turístico, algunos expertos han alertado que la idea podría no ser tan pertinente. Por ejemplo, según el portal Futurism, especializado en ciencia y tecnología, el proyecto de un parque jurásico es “buena idea”, aunque podría desencadenar riesgos “extremadamente contraproducentes”.
“No todo es diversión y juegos cuando juegas a ser dios y creas nuevos dinosaurios (...). En otras palabras, es una buena idea, pero corre el riesgo de ser extremadamente contraproducente, como en las películas”, explicaron desde el portal especializado.