“¿Usted ve realmente las consecuencias del cambio climático, alguna huella tangible?”, preguntó este jueves el presidente francés, Emmanuel Macron, al astronauta Thomas Pesquet, en misión en la Estación Espacial Internacional.
“Desgraciadamente sí, señor presidente”, le respondió Pesquet durante la conversación por video, y le explicó al mandatario que se puede ver “claramente la fragilidad de la Tierra” y “los efectos nocivos de las actividades humanas”.
“Podíamos ver regiones enteras que se queman, Canadá, California cubierta por una nube de humo, las llamas a simple vista a 400 kilómetros de altitud; lo mismo en el sur de Francia y Grecia y en la cuenca mediterránea”, agregó.
El tripulante francés, que en los próximos días debe poner fin a su segunda misión en el espacio, describió también “el triste espectáculo de las tormentas tropicales que se encadenan”.
“¿Ha visto cambios respecto a su última misión?”, le preguntó Macron. “Sí, esos fenómenos meteorológicos se aceleran de manera preocupante”, aseguró Pesquet, una declaración que dejó sin palabras al jefe de Estado francés.
“Esperemos que se lleguen a adoptar las medidas necesarias para que el planeta siga siendo habitable para todo el mundo”, concluyó el astronauta, quien le propuso una nueva discusión tras su próximo regreso a la Tierra.
“Hay que acelerar mucho más los compromisos y su puesta en marcha. Es el objetivo de esta COP26 [de Glasgow] y de lo que todos intentamos hacer a nivel nacional, regional y europeo”, aseguró Macron.
Países vulnerables al cambio climático quieren que el mundo pase examen cada año
Numerosos países vulnerables al cambio climático desearían que los exámenes de las medidas de combate contra el fenómeno fueran cada año, y no cada cinco, una iniciativa difícil de lograr en unas negociaciones en que el consenso es imprescindible.
“No nos hagamos ilusiones: si los compromisos no están a la altura de aquí al final de esta COP (conferencia sobre el cambio climático) los países deberán revisar sus planes y sus políticas. No cada cinco años. Cada año”, lanzó esta semana el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
“Hasta que garanticemos el límite del calentamiento a +1,5 °C. Hasta que sean suprimidas las subvenciones a las energías fósiles (...). Hasta que abandonemos el carbón”, añadió.
El Acuerdo de París de 2015, cuyo objetivo es limitar el calentamiento del planeta a menos de +2 ºC, idealmente a +1,5 °C, prevé que los cerca de 200 estados firmantes entreguen cada cinco años sus “contribuciones determinadas nacionalmente” (NDC), que deben ir aumentando progresivamente.
Pero según la última evaluación de la ONU rumbo a 2030, esos compromisos llevarán a un aumento “catastrófico” de +2,7 °C de la temperatura, o en el mejor de los casos, de +2,2 °C.
Al inicio de la COP26 se anunciaron nuevos NDC reforzados, en particular de China, India, Brasil o Argentina. Las previsiones, por lo tanto, podrían variar, pero los análisis aún no están disponibles.
Pero para los países directamente concernidos, como los pequeños Estados insulares, las cuentas no cuadran.
Los científicos insisten en que hay que reducir casi a la mitad (45 %) las emisiones actuales, de aquí a 2030, para permanecer bajo +1,5 °C. Pero esas emisiones reanudaron en 2021 su trayectoria al alza, tras el paréntesis a causa de la covid-19. Y los países del denominado Foro Vulnerable del Clima (CVF) quieren garantizar su “supervivencia”.
En una declaración, esta semana los 55 países que representan cerca de 2.000 millones de habitantes de África, Asia, Pacífico o el Caribe, reclaman un alza obligatoria de la ambición para cada COP, de aquí a 2025, fecha prevista para el próximo ciclo de NDC.
“Ya no queda tiempo”
“Ya no queda tiempo, los gobiernos del mundo, y en particular los mayores emisores, no tienen otra alternativa excepto trabajar de un año a otro” para garantizar “la seguridad” de las poblaciones, insiste el texto.
“Esperamos de esta COP que responda a nuestras expectativas, como brújula moral de la comunidad internacional”, explicó el ministro de Relaciones Exteriores de Bangladés, AK Abdul Momen, que preside ese foro.
Los observadores son escépticos sobre el éxito de esta demanda.
“Creo que China, India y Rusia rechazarán cualquier cosa que no sea una invitación a los países”, indicó a la AFP una fuente diplomática, que duda además que la Unión Europea esté dispuesta a una revisión anual, teniendo en cuenta la complejidad de sus discusiones internas.
El Acuerdo de París prevé que las partes firmantes puedan “en cualquier momento modificar” sus contribuciones nacionales para aumentar sus respectivas ambiciones, pero el tratado no prevé ningún otro calendario más allá de los ciclos de cinco años.
“La cuestión clave es el momento” de proponerlo, insiste David Waskow, del Instituto de Recursos Mundiales.
La fecha de 2023, en la que debe efectuarse un “balance global” del Acuerdo de París, sería la más adecuada, según algunos observadores.
Sin embargo, “todo esto debe surgir del consenso”, advirtió e presidente de la COP26, Alok Sharma.
*Con información de AFP.