El desempleo en Brasil continuó bajando entre julio y setiembre, a 8,7 % de la población económicamente activa, según datos oficiales difundidos este jueves a tres días del balotaje presidencial.

La cifra de desocupados se colocó así en 9,5 millones de personas, en un país con casi 215 millones de habitantes. Se trata de la cifra de desempleados más baja desde el trimestre terminado en diciembre de 2015.

El indicador de desempleo en la mayor economía de América Latina retrocedió 0,6 puntos porcentuales comparado con el período comprendido entre abril y junio, cuando estaba en 9,3 %, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge).

Contra el tercer trimestre del año pasado, el desempleo cayó 3,9 puntos porcentuales en el trimestre terminado en septiembre. Las cifras muestran una franca recuperación tras el colapso provocado por la pandemia, cuando el desempleo alcanzó un pico de 14,9 % en el primer trimestre de 2021.

El indicador es una buena noticia para el mandatario Jair Bolsonaro, que debe remontar una diferencia de cinco puntos porcentuales en la primera vuelta si quiere imponerse al exmandatario izquierdista Luiz Inácio Lula Da Silva en la segunda vuelta presidencial del domingo.

El presidente Bolsonaro se jacta de las recientes señales de mejorías económicas en Brasil, con mayor crecimiento de lo esperado, menos inflación y más empleo.

Elecciones presidenciales en Brasil: Jair Bolsonaro aceptaría una derrota si no ocurre “nada anormal”

El presidente ultraderechista de Brasil y candidato a la reelección, Jair Bolsonaro, afirmó este viernes que aceptará una eventual derrota en la segunda vuelta de las presidenciales el 30 de octubre, siempre y cuando no se registre “nada anormal” durante el proceso de votación.

“Hoy todos dicen que mi aceptación (entre la gente) es mucho mayor que la de mi adversario (el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva). Pero dejemos a las urnas... dejemos esa cuestión con la comisión de transparencia electoral”, afirmó Bolsonaro durante una entrevista en vivo en el canal SBT, donde le preguntaron si aceptaría el resultado en caso de derrota.

“Si la comisión de transparencia, en la que también participan las Fuerzas Armadas, no presenta nada de anormal, no hay por qué dudar del resultado de las elecciones”, añadió el mandatario, un excapitán del Ejército que en los meses previos a la elección cuestionó en diversas ocasiones y sin pruebas la posibilidad de “fraude” a través de las urnas electrónicas utilizadas para votar en Brasil.

En el pasado, incluso amenazó con no reconocer los resultados en caso de perder ante el izquierdista Lula da Silva.

En una campaña que en la práctica empezó hace más de un año, Lula fue durante muchos meses el amplio favorito –en mayo marchaba 21 puntos adelante de Bolsonaro–, según el Instituto Datafolha.

Pero el mandatario ultraderechista acortó distancias y en la primera vuelta, el 2 de octubre, obtuvo el 43 % de los votos, solo cinco puntos por debajo del líder del Partido de los Trabajadores (PT), una distancia mucho menor incluso de lo que anticipaban las encuestadoras.

En la recta final de la campaña, Bolsonaro redujo drásticamente sus cuestionamientos a las urnas y dirigió sus críticas hacia las encuestadoras, a las que acusa de “mentir” para favorecer a Lula.

Los sondeos siguen dando a Lula como favorito rumbo a la segunda vuelta, aunque por pocos puntos, por lo que ambos están esforzándose por conquistar a los electores indecisos (1 %) y quienes afirman que votarán en blanco o nulo (4 %), con actos en la populosa región sudeste y numerosas entrevistas en pódcast y redes sociales.

*Con información de la AFP.