Al menos 35 personas murieron y otras 100 resultaron heridas este viernes en un ataque con cohetes contra la estación de Kramatorsk, ciudad del este de Ucrania, donde centenares de personas esperaban un tren para salir de la región.
“Más de 30 personas murieron y más de 100 resultaron heridas tras un disparo de cohetes contra la estación [...]. Es un ataque deliberado”, dijo en Telegram Oleksander Kamyshin, responsable de la compañía ferroviaria ucraniana Ukrzaliznytsia. Minutos después, los servicios de rescate informaron que había al menos 35 fallecidos.
Un reportero que acudió a la estación este viernes temprano vio a centenares de personas que aguardaban un tren para salir de la región, amenazada por una ofensiva rusa de gran envergadura, en dirección a otras partes más seguras del país.
Frente a la estación de Kramatorsk se veían varios automóviles carbonizados y los restos de un misil. El lugar estaba sembrado de maletas abandonadas, vidrios rotos y escombros. El interior de la estación estaba cubierto de sangre, a menudo pisoteada y extendida hacia la calle, debido al movimiento de los cuerpos.
El Ministerio de Defensa ruso negó este viernes 8 de abril haber lanzado un ataque contra la estación de tren ubicada en el este de Ucrania. “Todas las declaraciones de los representantes del régimen nacionalista de Kiev acerca del supuesto ‘ataque con cohete’ llevado a cabo por Rusia el 8 de abril en la estación de tren de la ciudad de Kramatorsk son una provocación y son absolutamente falsas”, dijo el Ministerio en un comunicado difundido por la agencia de prensa RIA Novosti.
“Subrayamos de manera particular que los misiles tácticos Tochka-U, cuyos fragmentos fueron hallados en los alrededores de la estación de Kramatorsk y cuyas imágenes fueron difundidas por testigos solo son utilizados por las fuerzas armadas ucranianas”, continuó.
Rusia desmiente de manera sistemática ser responsable de la muerte de civiles en Ucrania, donde lanzó una gran ofensiva militar el 24 de febrero.
El 25 de febrero, un recinto que acogía a 55 niños de hasta cuatro años en Verozel sufrió un bombardeo ruso. “Afortunadamente, los niños y el personal no estaban en el edificio”, explica Halyna Postoliuk, directora para Ucrania de la oenegé Hope and Homes for Children.
Otro grupo de niños de cinco a 14 años de una institución en Nezhin vivió una odisea de casi 1.000 km del este al oeste de Ucrania para huir de las bombas, explica por teléfono Marieta, la directora de este centro que acoge a menores cuyas familias no pueden hacerse cargo de ellos.
“Los rusos empezaron a acercarse, los niños escuchaban los disparos, explosiones. Era traumatizante para ellos”, recuerda. Algunas familias acudieron a recoger a sus niños, pero en el caso de siete de ellos no fue posible por problemas de acceso. Las autoridades decidieron evacuarlos en autobús y unirlos a los de otra institución en Nijni Vorota, a 24 horas por carretera, cerca de la frontera eslovaca.
*Con información de AFP.
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