Con tan solo 13 años, una adolescente argentina mató a su hermanito Benjamín, de apenas cinco años, con un corte profundo en el cuello y 11 puñaladas en la espalda. Todo ocurrió en el barrio Santa Rita, en la localidad de Arroyo Seco, en Santa Fe (Argentina), en la tarde del lunes 19 de septiembre.
Roxana, su mamá, asistía a clases de secundaria para adultos. Esa tarde se encontraba en clase, cuando recibió una desgarradora notificación en su celular: mamá, lo maté, decía el mensaje. La mujer entró en crisis y se comunicó inmediatamente con el papá del hijo menor, quien trabajaba como agente de tránsito y pudo acudir rápidamente a la casa.
Al llegar encontró la macabra escena. La hija mayor sentada al lado del cuerpo de su hermanito, que se encontraba boca abajo y desangrado. La niña no parecía sentir ninguna clase de emoción en ese momento.
Cuando la Policía llegó a la casa, el pequeño Benjamín ya había fallecido y no hubo oportunidad de trasladarlo a un hospital. Los médicos forenses investigaron la escena del crimen y concluyeron que fueron 11 puñaladas en la espalda y el cuello las que le quitaron la vida al pequeño. Después de practicar el respectivo levantamiento del cadáver, condujeron a la confesa asesina a las autoridades de infancia y psiquiatría de Argentina para evaluar su condición mental. La madre alegaba que la niña tenía problemas mentales.
Una gran crisis de salud mental no atendida
La mamá estaba segura de que su hija sufría una fuerte crisis de salud mental hacía un buen tiempo. Según su testimonio, la niña muchas veces tenía la mirada perdida y cuando le hablaban no contestaba. Todo un año la adolescente habría estado presentando estos comportamientos.
La mamá aseguró haber hecho todo lo que estaba a su alcance para ayudar a la niña; sin embargo, no había un diagnóstico, porque habían buscado un tratamiento desde noviembre de 2021, pero –según declaró– obtuvo la primera cita apenas cuatro meses después. Más adelante vinieron algunos exámenes y una nueva cita que no pudo concretar, según se conoció.
La mamá habría declarado que nunca imaginó que su hija podría ser capaz de cometer un acto como ese. Los dos niños vivían con su mamá, de 32 años, eran hermanastros y ninguno de los dos papás vivía con la familia. El papá del pequeño Benjamín fue quien hizo el terrible hallazgo.
El magistrado a cargo de la investigación solicitó la intervención de la Dirección Provincial de Salud Mental para evaluar a la adolescente. También convocó integrantes de áreas de Promoción de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia de Santa Fe, donde ocurrió el crimen. Aunque la hermana mayor es inimputable por su edad, es necesario establecer un diagnóstico para determinar si es responsable de la muerte de su hermanastro. “Es un caso muy complejo. Fue un ‘shock’ para toda la sociedad”, fueron las declaraciones del intendente Nizar Esper, a cargo de la investigación, de acuerdo con el diario Clarín.
El encargado de la investigación dijo que el episodio es un drama para la pequeña ciudad y que tras el operativo policial no se veía a nadie en la casa, apenas unos juguetes en el patio.