Donald Trump, quien tiene una historia complicada con los debates por televisión, planea no hacerse presente en el primer encuentro entre los precandidatos republicanos, entre los cuales figura como el favorito para quedarse con la nominación para las elecciones presidenciales de 2024.
Así lo afirma The New York Times, diario que además sostiene que, en el mismo momento del debate, Trump estará dándole una entrevista a Tucker Carlson, el polémico periodista a quien Fox News le canceló el programa por difundir que las elecciones de 2020 fueron fraudulentas, lo cual llevó a la empresa a pagar una costosísima indemnización.
El periódico sostiene que dos fuentes bien enteradas del asunto avalan la versión, de acuerdo con la cual, en las últimas 24 horas el millonario le ha dicho a su entorno que lo ha pensado bien y se propone esquivar el primer debate de los aspirantes por el Partido Republicano, que tendrá lugar en Milwaukee el próximo 24 de agosto.
En lo que el Times califica como “una publicación ambigua” en su web Truth Social, Trump escribió el pasado jueves: “Reagan no lo hizo ni lo hicieron otros. La gente conoce mi récord, uno de los mejores de la historia. Entonces, ¿por qué voy a ir al debate?”.
El exmandatario estadounidense, quien se ha visto en el ojo del huracán por las cuatro imputaciones penales que corren en su contra, ha estado recogiendo opiniones de partidarios y colaboradores acerca de qué hacer con ese tema.
El Times asegura que, hasta el comienzo de esta semana, estaba tentado a hacer una aparición sorpresiva en Milwaukee.
Sin embargo, la versión más sólida ha sido que él no piensa cumplir la cita no solo en el primero, sino también en el segundo debate, un gesto que es visto como un verdadero desplante al Comité Nacional Republicano, que patrocina el encuentro, y a Fox News, canal abiertamente republicano y que acogerá los eventos.
No se tienen aún datos exactos de la entrevista con Carlson, pero el ‘Times’ insiste en que transmitirla al mismo tiempo que el debate será un “acto de abierta hostilidad”.
Ante las reticencias de Trump, los republicanos no se han quedado con los brazos cruzados.
Sabedores de la importancia de que el aspirante favorito participe en el panel, la propia presidenta del Comité Nacional Republicano se trasladó al club de golf de Trump en Bedminster, Nueva Jersey, para tratar de convencerlo. Empero, parece que no lo consiguió.
Por el lado de Fox News, las cosas son complicadas, dado que Trump no ha estado en buenos términos con el canal recientemente, luego de años de una perfecta sincronía política.
Para rematar, las relaciones de Tucker Carlson con la estación quedaron muy lastimadas tras la cancelación de su programa.
Se podría decir que el periodista tiene derecho a aprovechar la oportunidad que Trump le da, pero el detalle es que Fox todavía le está pagando.
A pesar de los recientes desacuerdos, ejecutivos del canal también han estado tratando de persuadir a Trump para que vaya a los debates, anota el Times, pero él no se ha mostrado sensible a ese olivo de la paz.
Más bien, el magnate no se ha callado su animadversión contra el canal y su dueño, el multimillonario Rupert Murdoch.
En julio, en el colmo de los esfuerzos de acercamiento, dos altos ejecutivos de Fox, Jay Wallace y Suzanne Scott, estuvieron cenando con Trump y salieron convencidos de que había posibilidades de que aceptara verse la cara con sus contrincantes republicanos.
Pero las nuevas informaciones difundidas por el diario neoyorquino solo dejan claro que él es un político voluble e impredecible.