Fiscales franceses judicializaron a un hombre de 20 años en el sur de Francia que tendría relación con una serie de ataques mediante pinchazos en discotecas o festivales de música que han creado un clima de psicosis y alarmado a las autoridades.

El hombre fue arrestado e inculpado el domingo, dos días después de que unas 20 personas denunciaran ataques con agujas, el viernes por la noche durante un concierto televisado en Toulon (sur de Francia).

Una mujer tuvo que ser hospitalizada y la policía tuvo que acudir debido al pánico que causaron entre los asistentes esos ataques.

El hombre, que fue identificado por dos mujeres, fue encausado por ataque premeditado con violencia, según los fiscales. El detenido niega los cargos.

Desde inicios del año se han registrado al menos 100 incidentes similares en todo el país, con jóvenes alegando haber sido heridos con agujas en discotecas o festivales de música.

Otros nuevos ataques parecidos se habrían producido el pasado fin de semana en dos festivales musicales.

Seis adolescentes de 17 y 18 años denunciaron haber recibido pinchazos en las manos o los brazos, durante un festival en Belfort, en el este de Francia.

Otras siete personas indicaron haber sufrido heridas con agujas en el festival de Vic-Fezensac, en el sudoeste del país, donde fue arrestado un individuo, según indicó el fiscal de la región Jacques-Edouard Andrault.

La mayoría de las víctimas desde principios de año han sido jóvenes mujeres que, a menudo, tras los ataques sufrieron náuseas, vértigo o fuertes dolores.

Por otra parte, también en Francia, el pasado viernes 3 de junio las fuerzas de seguridad hallaron un “impresionante” arsenal, incluidas armas de guerra y una tonelada de municiones, en los domicilios de cuatro neonazis en Alsacia (este).

La operación, que movilizó unos 200 gendarmes, permitió la detención de hombres de 45 a 53 años, después de que los servicios de inteligencia alertaran que miembros de un grupúsculo neonazi hablaron de “cazar judíos”, indicó la Fiscalía de Francia.

La fiscal de Mulhouse, Edwige Roux-Morizot, explicó en rueda de prensa que las informaciones apuntaban a que podían poseer armas, “algunas especialmente peligrosas”, en un contexto de temor sobre el “terrorismo de ultraderecha”.

“Fue el riesgo de que actuaran lo que hizo necesaria” la intervención de las autoridades, agregó la representante del Ministerio Público, precisando que todavía no se hallaron pruebas sobre ningún plan concreto.

Los registros en las localidades de Sierentz, Brinckheim, Richwiller y Mooslargue permitieron descubrir 18 armas legales y 23 ilegales, así como 167 cargadores (72 de kalashnikov), detalló el teniente coronel Yann Wanson.

Los agentes hallaron también 35 kilos de pólvora, tres prensas de recarga de munición, gran número de cargadores de armas de guerra, un contador de billetes, unos 25.000 euros (26.800 dólares) y dos silenciadores, entre otros.

Las cantidades de munición son “tan grandes que estamos hablando más bien en términos de peso”, subrayó Wanson, precisando que esto representa “al menos 1.200 municiones” de todo tipo, con un peso total de más de una tonelada.

La justicia imputó por tráfico de armas a los cuatro detenidos, que se enfrentan a diez años de prisión. Dos se encuentran en prisión preventiva y el resto fue puesto en libertad con control judicial, explicó Roux-Morizot.

Los sospechosos son personas “integradas” en la sociedad, que trabajan, “ciudadanos como cualquier otro”, pero que pertenecen a un grupúsculo de neonazis, como confirmó la “literatura” hallada en sus casas, agregó.

Francia intensificó en los últimos años la vigilancia de los movimientos de extrema derecha tras el aumento de los actos antisemitas. El presidente centrista Emmanuel Macron visitó un cementerio judío vandalizado en Alsacia en 2019.

*Con información de AFP.