El número de muertos por el huracán Helene se elevó a al menos 100, anunciaron este lunes las autoridades, mientras la respuesta del gobierno de Joe Biden a la catástrofe que asola al sureste de Estados Unidos se adentra en la campaña electoral.
Biden, que aprobó ayuda federal para varios estados tras el desastre, planea viajar a las zonas más afectadas esta semana. “Tan pronto como no interrumpa las operaciones de respuesta de emergencia”, informó la Casa Blanca, añadiendo que la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris haría lo mismo.
“Seguiremos enviando recursos, incluyendo alimentos, agua, comunicaciones y equipos de salvamento”, dijo Biden. “Estaremos allí (...) todo el tiempo que sea necesario para terminar este trabajo”, añadió.
El republicano Donald Trump visitará Valdosta, en Georgia, el lugar donde hubo mayor destrucción por las inundaciones y también un estado clave en las reñidas elecciones que se celebrarán dentro de apenas cinco semanas.
Harris, en tanto, canceló eventos de campaña para regresar a Washington, donde recibirá información sobre la respuesta federal.
Las autoridades de Carolina del Norte prometieron llevar el lunes más agua y otros suministros a las zonas afectadas por las inundaciones, después de que el huracán Helene dejara un rastro de destrucción en el sureste de Estados Unidos y mientras la cifra de muertos por la tormenta se acercaba al centenar.
Al menos 91 personas murieron en varios estados. Un condado de Carolina del Norte donde se encuentra la ciudad de montaña de Asheville reportó 30 muertos.
El gobernador, Roy Cooper, predijo que la cifra subiría conforme rescatistas y otros trabajadores de emergencias llegaban a lugares aislados por carreteras bloqueadas, infraestructura dañada e inundaciones generalizadas.
Las autoridades enviaban por aire suministros a la aislada ciudad de Asheville. La gerente del condado Buncombe, Avril Pinder, prometió que el lunes llegarían agua y comida.
“Los escuchamos. Necesitamos alimentos y necesitamos agua”, declaró Pinder en una conferencia telefónica con la prensa el domingo. “Mi personal ha estado presentando todas las solicitudes de apoyo posibles al estado y hemos estado trabajando con todas las organizaciones que se han puesto en contacto. Lo que les prometo es que estamos muy cerca”.
“Concentrados en salvar vidas”
El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, dijo este lunes que cientos de carreteras habían quedado destruidas y muchas comunidades “borradas del mapa”.
“Esta es una tormenta sin precedentes”, dijo Cooper a los periodistas. “Estamos trabajando para aumentar los suministros. El costo emocional y físico aquí es indescriptible. Los ríos siguen creciendo, por lo que el peligro no ha cesado”.
Cooper afirmó que el plan de reconstrucción a largo plazo tendría que contemplar una realidad de clima más extremo. Sin embargo, advirtió: “Ahora mismo, nos estamos concentrando en salvar vidas y hacer llegar suministros a las personas que los necesitan desesperadamente”.
Los científicos sostienen que el cambio climático probablemente desempeña un papel en la rápida intensificación de los huracanes, porque hay más energía en los océanos más cálidos para que estos se alimenten.
Al menos 100 personas murieron: 39 en Carolina del Norte, 25 en Carolina del Sur, 17 en Georgia, 14 en Florida, cuatro en Tennessee y una en Virginia, según los recuentos de las autoridades locales recopilados por la AFP. Se prevé que la cifra total aumente.
Los fuertes vientos y las lluvias torrenciales dejaron algunas ciudades en ruinas y carreteras inundadas.
Casi dos millones de hogares y empresas permanecían sin electricidad el lunes, según poweroutage.us.
Helene tocó tierra el jueves por la tarde cerca de Tallahassee, capital de Florida, como un huracán de categoría 4 -en una escala de 5- con vientos de 225 km/h. Posteriormente se degradó a ciclón postropical, pero dejó tras de sí un paisaje desolador.
Con información de Associated Press y AFP*