El gobierno dictatorial de Nicaragua excarceló este domingo, 14 de enero, a dos obispos católicos, entre ellos al conocido monseñor Rolando Álvarez, quien durante años ha sido un fuerte crítico del presidente Daniel Ortega, así mismo también se liberó a 13 sacerdotes y tres seminaristas, y los envió a la ciudad italiana de Roma, según aseguraron medios de prensa y opositores nicaragüenses en el exilio.
Álvarez fue detenido por el régimen de Ortega en agosto de 2022 y condenado después en febrero pasado a un total de 26 años de prisión. Entre los excarcelados también está el obispo Isidoro Mora y otros 13 sacerdotes, quienes fueron detenidos en el diciembre pasado, según el sacerdote Uriel Vallejos, la activista humanitaria Haydée Castillo y medios de prensa, todos en el exilio.
Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo pretenden “dejar sin sacerdotes a Nicaragua. Otro avión lleno de pastores del pueblo al exilio”, escribió en la red social X Vallejos, exiliado en Estados Unidos en forma de protesta contra el régimen que durante años ha venido persiguiendo a los integrantes de la Iglesia católica en el país centroamericano.
En octubre pasado, otros 12 sacerdotes fueron liberados y enviados a Roma tras un acuerdo del Gobierno con el Vaticano que significó el envío de los religiosos hasta Italia, lejos de la represión que vivían por parte del régimen de Daniel Ortega. Por ahora, en Managua, ni el gobierno de Ortega, ni la Policía ni los medios de comunicación oficialistas se han referido a la información de este domingo.
Medios como el diario La Prensa, El Confidencial y 100% Noticias, que trabajan desde Costa Rica, aseguraron que el avión con los integrantes liberados de la Iglesia católica incluso ya llegó a su destino final en Roma para darles la libertad a los 13 religiosos, lo cual fue confirmado a AFP por la Asociación Grupo de Reflexión de Excarcelados Politicos (GREXCR), con sede en San José.
En diciembre, en medio de una oración que él lideró en el Vaticano, el papa Francisco dijo que seguía “con profunda preocupación” la detención de sacerdotes en Nicaragua, pidiendo por su inmediata liberación.
La relación entre la Iglesia y el Gobierno se deterioró después de que Ortega acusara a sacerdotes de apoyar las protestas antigubernamentales de 2018, que consideró un intento de golpe de Estado promovido por Washington y que se saldaron, según la ONU, con más de 300 muertos.
¿Falsa persecución?
La vicepresidenta de Nicaragua y esposa del presidente Daniel Ortega, Rosario Murillo, hace unas semanas leyó un poema según el cual es “falso que hay persecución religiosa”, durante su alocución habitual transmitida en medios oficialistas días después de la detención de sacerdotes católicos nicaragüenses.
“Falso que hay persecución religiosa. Si arrestan a un cura, por algo será. Eso no es persecución religiosa. Por siglos y por las arcas abiertas se han creído sobre las leyes y algunos jerarcas hasta por encima del rey de reyes”, dijo Murillo, al leer el texto. La vicepresidenta explicó que leía “un poema del escritor, hermano Edwin Moncada” porque “es importante saber” cómo se comparten “pensamientos, reflexiones, verdades verdaderas”.
Murillo agregó en su lectura que si hay sacerdotes detenidos en España, Estados Unidos o Chile “nadie se asombra”. “Ah, pero si es en Nicaragua se rasgan las vestiduras, siempre sucede así”, destacó. La vicepresidenta nunca se refiere a las denuncias contra las capturas de los sacerdotes, pero ha criticado a religiosos que “siembran el odio” y apoyan el “terrorismo” en el país.
*Con información de AFP.