En medio de la creciente tensión que se vive en Europa por cuenta de la guerra en Ucrania y los coletazos que de ellos han derivado, incluidas las sanciones impuestas por los países de occidente a Rusia, este lunes se conoció un llamado de alerta por parte de la compañía de energía de Dinamarca, Orsted, en el que advirtió que las autoridades rusas estarían planeando cortar el suministro de gas a ese país, como respuesta a que, en el marco de las acciones emprendidas en solidaridad de Kiev, el gobierno de Copenhague se negara a pagar el recurso energético en rublos.

En sus declaraciones, recogidas por medios internacionales, Orsted asegura que Gazprom Export, empresa encargada de la exportación del gas ruso, había continuado con su política de exigir el pago de los recursos en rublos, situación a la que se niega Dinamarca.

“No tenemos ninguna obligación legal, según el contrato, y hemos informado a Gazprom Export de que no lo haremos”, afirmó la compañía a través de un comunicado sobre la exigencia de la empresa rusa.

En ese sentido, Orsted reconoció que “existe un riesgo de que Gazprom Export detenga el suministro de gas”, advirtiendo que dicha acción, por el contrario, sí acarrearía “un incumplimiento del contrato”.

Dentro de las exigencias que ha implementado Rusia a sus compradores de gas, además del pago en rublos, está la obligación de abrir una cuenta bancaria en alguna de las instituciones financieras rusas para tal fin, poniendo como precedente que el no hacerlo representaría el cierre del canal de suministro de gas.

Dicha medida, por parte de Rusia, representa un intento por hacer un contrapeso a las llamadas sanciones, en tanto estas afectan directamente a su sistema financiero.

Por su parte, en un claro desconocimiento de las exigencias rusas, la empresa danesa ha advertido que, a partir del próximo 31 de mayo, cancelará el suministro de gas ruso, pagando en euros.

Aunque las acciones rusas han demostrado que sí es capaz de suspender el suministro de gas a algunos de sus compradores, como el caso de Bulgaria, Polonia y Finlandia, que ya sufrieron el cese del producto, Dinamarca ha afirmado que no teme que le pase lo mismo, señalando que, en tanto el canal de suministro no responde a un gasoducto directo desde Rusia, aún podrá abastecerse del recurso, a través del mercado europeo.

Luego de conocerse la alerta por parte de la empresa Orsted y la posición tomada por esta, la entidad recibió el beneplácito por parte de las autoridades civiles de Dinamarca, e incluso su primera ministra, Mette Frederiksen, se manifestó desde Bruselas, Bélgica, para expresar su beneplácito con la decisión.

Actualmente, la primera ministra toma parte en un encuentro de líderes de la Unión Europea, en la que se busca alcanzar escenarios de diálogo, encontrar caminos para superar la existencia de brechas y barreras divisorias, abogando por la consecución de acuerdos en bloque que permitan el embargo del gas ruso.

Frente a la eventual amenaza de desabastecimiento de gas, la empresa danesa anunció que trabaja en el ‘llenado’ de sus reservas en Dinamarca y Alemania, con el objetivo de que la crisis, por el no abastecimiento, llegue a golpear a los ciudadanos.

Se estima que el gas ruso representa cerca del 18 % del consumo energético anual de Dinamarca.

*Con información de la AFP.

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