Boris Bondarev, quien era miembro de la delegación de Rusia ante las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, le declaró al medio The Moscow Times que solo pudo renunciar ante el gobierno ruso una vez estuvo seguro de que su esposa y su gato se encontraban fuera de Moscú y se habían instalado en Suiza.

Este exdiplomático no puede regresar a Rusia, tras hacer público el motivo de la renuncia en mayo de 2022, un desacuerdo con la invasión de Ucrania, que de acuerdo con sus propias palabras era una “ignominia sangrienta, tonta y absolutamente innecesaria”.

Bondarev, además, calificó a sus antiguos colegas de mentirosos y de belicistas. Tras su dramática renuncia, el exdiplomático recibió asilo en Suiza y dice estar “muy agradecido” con su nuevo lugar de residencia.

Bondarev afirma que la invasión fue una completa sorpresa para él, y para muchos otros funcionarios diplomáticos cuando se dio, pues no conocían los planes de El Kremlin.

Él critica a los demás funcionarios que en el momento no estuvieron de acuerdo con la invasión y asegura que luego se alinearon con el sistema, incluso expresaron públicamente estar de acuerdo con la guerra.

“Durante mucho tiempo estuve insatisfecho con la forma en que funcionaba el gobierno ruso, con la corrupción, con la represión y la falta de transparencia en la toma de decisiones”, asegura.

Para él, los funcionarios que criticaron al Kremlin y luego se alinearon con la medida bélica, simplemente temían perder sus altos salarios y las múltiples ventajas de ser diplomático.

Tuitero que busca trabajo

Actualmente, Bondarev declara que tiene mucho tiempo para ocupar en otras cosas, como escribir en Twitter sus opiniones con respecto al gobierno del que antes hacía parte.

“Tengo mucho tiempo libre”, le dice Bondarev a The Moscow Times. “No he estado trabajando… así que estoy activo en las redes sociales”, añadió.

El presidente ruso, Vladimir Putin, habla por teléfono con David Shmelev, de siete años, de la región de Stavropol Krai, participante de la campaña benéfica Fir Tree of Wishes a través de una videoconferencia desde la residencia Novo-Ogaryovo en las afueras de Moscú, Rusia, el jueves 5 de enero. 2023. (Mikhail Klimentyev, Sputnik, Kremlin Pool Photo via AP) | Foto: Sputnik

El exfuncionario ruso, además, declaró que invierte su tiempo buscando trabajo, enviando hojas de vida para vincularse laboralmente a alguna organización.

Además, declara que escribe para algunos diarios, un trabajo del cual se siente orgulloso. El tema que domina y que incluso está relacionado con la invasión a Ucrania es el control de armas.

“Escribo mucho: escribo mis observaciones, conclusiones sobre mi trabajo. Tal vez sea justo decir que estoy preparando propuestas para la reforma del Ministerio de Relaciones Exteriores y la política exterior de Rusia”, dice.

El hombre de 42 años es frecuentemente entrevistado por distintos medios sobre su opinión con respecto a las acciones de Rusia y recientemente fue contundente con el medio El Confidencial, al que explicó el riesgo que podría significar Rusia si no se controla su inmenso poder. “Si Occidente deja a Rusia a su suerte se convertirá en una gigantesca Corea del Norte“, dijo.

Las críticas personales que hizo el funcionario a Vladimir Putin, provocaron una rápida reacción en Moscú, el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, dijo en ese momento que Bondarev “ya no estaba con nosotros, sino contra nosotros”. | Foto: AFP

El ruso dice que las autoridades suizas le brindaron protección, debido al riesgo que representaba que los servicios de seguridad de Rusia lo atacaran, buscando venganza tras su renuncia pública.

Las críticas personales que le hizo el funcionario a Vladimir Putin provocaron una rápida reacción en Moscú. El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, dijo en ese momento que Bondarev “ya no estaba con nosotros, sino contra nosotros”.

Esposa y gato fuera de peligro

Bondarev declara que se sintió incapaz de renunciar en febrero, cuando sucedió la invasión, porque quería esperar a que su esposa viajara a Moscú y recogiera a su gato, Simeon, antes de hacerlo. Una vez que ambos se instalaron en Ginebra, renunció con tranquilidad.

Permanentemente, el hombre publica en sus redes fotos de su gato, la más reciente es de Semych durmiendo.