El pasado sábado, el diputado brasileño Silvio Antônio Fávero se sumó a las más de 279.000 víctimas fatales que ha dejado la pandemia del coronavirus en Brasil.
El político de 54 años saltó a la fama internacional por presentar un proyecto de ley en contra de la vacunación obligatoria en el país, en el cual ya se presentan más de 11,6 millones de contagios, la tercera mayor cifra en todo el mundo.
Fávero estuvo hospitalizado desde el pasado jueves en la ciudad de Cuiabá; sin embargo, su situación médica se complicó con los días y terminó falleciendo en la tarde del sábado.
A mediados de febrero, el legislador del Partido Social Liberal (PSL) presentó un proyecto de ley “para garantizar el derecho del ciudadano a decidir si quiere o no ser vacunado”. Dentro de sus argumentos, Fávero manifestó que lo que buscaba el texto era “evitar que la vacunación sea obligatoria, ya que actualmente existe incertidumbre en torno a la eficacia y los posibles efectos secundarios de las vacunas que suponen un riesgo, sin duda, irreparable, ya que los efectos de la vacuna a corto, medio y largo plazo se desconocen”.
El político también se hizo célebre por compartir publicaciones del presidente Jair Bolsonaro en contra del distanciamiento social y apoyó el uso de medicamentos contra la covid-19, que no han demostrado eficacia contra la enfermedad y sí han sido señalados de potencialmente peligrosos para la salud.
Bolsonaro nombra a su cuarto ministro de Salud
Brasil vive el momento más mortífero desde que se inició la pandemia y hasta el momento registra cerca de 279.000 muertes, de las cuales más de 100.000 se han presentado en los últimos tres meses.
Esta situación ha generado toda clase de críticas hacia el presidente del país, quien en los últimos días decidió remover al titular de la cartera de Salud, el general del Ejército Eduardo Pazuello, y nombrar un nuevo ministro.
Pazuello fue remplazado por el cardiólogo Marcelo Queiroga, la cuarta persona en este puesto desde que se inició el periodo de Bolsonaro el 1 de enero de 2019. Es decir, que en promedio cada funcionario ha estado como ministro de Salud unos siete meses.
El mandatario brasileño hizo el anuncio ante varios de sus seguidores al frente del Palacio de la Alvorada, la residencia de la Presidencia, e indicó que el nuevo nombramiento se publicará en el Diario Oficial este martes.
Aunque se conoció que en un principio le había ofrecido el puesto a la cardióloga Ludhmila Hajjar, quien rechazó el ofrecimiento debido a que no estaba de acuerdo con varias posiciones políticas del primer mandatario.
Queiroga asumirá el cargo en un momento en el que el país más grande de Sudamérica presenta cerca de 36.200 nuevos casos diarios y más de 1.000 muertes cada día, lo cual ha desatado una crisis en los hospitales y clínicas del país, sobre todo, en los estados de São Paulo, Minas Gerais y Paraná.
“Fue decidida esta tarde su indicación para el Ministerio. Él es presidente de la Sociedad Brasileña de Cardiología. La conversación fue excelente, lo conocía desde hacía algunos años, entonces no es alguien que acabé de conocer. En mi opinión, tiene todo para hacer un buen trabajo, continuando lo que ha hecho Pazuello hasta el día de hoy”, dijo Bolsonaro.
El presidente manifestó que Queiroga tiene mucha más experiencia en el sector que su antecesor, que nunca había tenido ninguna relación con la salud, pues es un militar experto en logística, quien ahora partirá “para una parte más agresiva en lo relacionado al combate al virus”, señaló el jefe de Estado, quien agradeció la labor de Pazuello, a pesar de los resultados.