El director de la Organización Mundial de la Salud, OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, visitó este miércoles las zonas del noroeste de Siria devastadas por el terremoto del 6 de febrero, en su primer viaje a esta región bajo control rebelde.
De acuerdo con la información del organismo, pasó por el puesto fronterizo de Bab al Hawa con Turquía, donde se registró el epicentro del terremoto, que dejó más de 50.000 muertos en ambos países.
Durante su permanencia en el lugar, visitó tres hospitales y un centro de acogida para los supervivientes de la tragedia, cerca de la frontera turca.
Se trata del funcionario de la ONU de mayor rango en visitar las regiones bajo control rebelde y yihadista desde el inicio de la guerra en Siria hace casi 12 años.
El sismo, que dejó en esta zona 4.537 fallecidos, se suma “al sufrimiento inimaginable de las personas que tanto han soportado durante 12 años”, dijo en una rueda de prensa, enumerando el “hundimiento económico, la guerra, la pandemia de covid-19 y la actual epidemia de cólera”.
“Los habitantes del noroeste de Siria necesitan ayuda de la comunidad internacional para superarlo y reconstruir” la región, añadió, instando a la comunidad internacional a movilizarse.
Aseguró que, incluso antes del sismo, las necesidades aumentaban mientras la ayuda internacional disminuía”.
“No debemos cerrar los ojos o dar la espalda al pueblo sirio”, insistió.
Otras acciones de la OMS
El pasado 14 de febrero, una delegación de la ONU entró en esas zonas para evaluar la situación. Socorristas y activistas sociales criticaron la lentitud de la llegada de la ayuda internacional.
Por su parte, el director de la OMS visitó el 11 de febrero la ciudad de Alepo (norte), controlada por el gobierno sirio, en la primera visita de un alto funcionario de la ONU a ese país tras el terremoto.
Al día siguiente se reunió con el presidente sirio Bashar al Asad en Damasco.
Según cifras del gobierno sirio, 1.414 personas murieron por el sismo en las zonas bajo su control.
La guerra civil ha deteriorado la mayor parte de las infraestructuras sanitarias de Siria, en particular en las zonas rebeldes.
El conflicto, que empezó con la represión gubernamental de la Primavera Árabe en el país, ha provocado cerca de medio millón de muertos y varios millones de refugiados.
Médicos Sin Fronteras refuerza sus actividades en el noroeste de Siria
Entretanto, la organización, Médicos Sin Fronteras, MSF, anunció que reforzó sus actividades en el noroeste de Siria a través de clínicas móviles y apoyo en salud mental para atender tanto las necesidades que han surgido específicamente tras el terremoto de principios de febrero como las que se han visto agravadas a consecuencia del mismo.
En esa zona se han instalado cuatro clínicas móviles y se han distribuido artículos de primera necesidad como colchones, artículos de higiene, mantas, material de limpieza y utensilios de cocina.
En la gobernación de Idlib y en la de Aleppo, los equipos de MSF han atendido 5.667 consultas médicas y distribuido casi 31.000 artículos de primera necesidad y 20.000 mantas.
Asimismo, en las clínicas móviles, los médicos atienden heridas, pasan consultas de medicina general y de salud sexual y reproductiva y ofrecen apoyo en salud mental. También atienden pacientes con enfermedades crónicas y llevan a cabo vacunaciones infantiles.
La organización también puso en marcha una línea telefónica de salud mental con el objetivo de que estos servicios estén lo más accesibles posible para la población. La existencia de este servicio se informa en las comunidades a través de la red de promotores de salud y especialistas en salud mental de la organización.
“El terremoto ha empeorado la difícil situación en la que se encuentra la población del noroeste de Siria, donde muchas personas viven hacinadas y en condiciones muy duras, con un acceso muy limitado a la atención médica”, aseguró el especialista en enfermedades crónicas y miembro del equipo de clínicas móviles de MSF, Ziad Marzouk.
Añadió que “a través de nuestras clínicas móviles estamos tratando de proporcionar atención médica esencial a quienes más la necesitan”.
Más ayuda
El pasado domingo, los equipos de MSF lograron hacer entrar en el norte del país un nuevo convoy de 15 camiones, que transportaban un total de 1.234 tiendas y kits de invierno que se distribuirán en los próximos días.
Este nuevo envío se añade al que se llevó a cabo el pasado 19 de febrero, en el que otros 14 camiones de MSF entraron en el norte de Siria gracias al apoyo de la ONG local Al Ameen.
Asimismo, se han importado 24 toneladas de material médico para preparar la ampliación de las actividades que los equipos de la organización llevarán a cabo.
Por su parte, el coordinador general del organismo en Siria, Yasser Kamaledin, destacó que “es importante que la respuesta humanitaria no se desvanezca a las pocas semanas del terremoto, sino que se refuerce y aumente”.
“El terremoto ha incrementado las dificultades que ya tenía la población para cubrir sus necesidades básicas, incluida la atención médica”, indicó.
Aseguró que “hasta ahora, en los quince días que han transcurrido desde el seísmo, la ayuda humanitaria que ha llegado al noroeste de Siria ha sido demasiado escasa y llega de manera muy lenta. Es urgente aumentar la ayuda internacional para preservar la vida y la dignidad de las personas que viven en las zonas afectadas”.
Por otro lado, en Turquía, los equipos de MSF centraron sus actividades en zonas desatendidas donde su intervención pueda tener un valor agregado.
El organismo aseguró que hasta el 25 de febrero, habían distribuido 27.000 kits de higiene, 14.000 utensilios de primera necesidad, 180.000 raciones de comida, 20.000 litros de agua y 34 toneladas de madera.
* Con información de AFP y Europa Press