Las esperanzas de encontrar sobrevivientes se extinguen con el paso de las horas. Tras dos días de operaciones de rescate, los socorristas trabajan este martes contra reloj en la búsqueda de decenas de desaparecidos por un alud en el sur de Ecuador que mató a 11 personas, según el más reciente balance.

“Aquí está mi hija, aquí está mi nieta, está mi familia entera (...) Yo quisiera que eso entiendan, el dolor que estamos pasando”, dice a la AFP Carlos Maquero en medio del derrumbe y con la voz quebrada por el llanto.

Un pedazo gigantesco de la montaña se desprendió la noche del domingo en Alausí, en la provincia de Chimborazo, unos 300 km al sur de Quito. Toneladas de tierra y rocas sepultaron parte del pueblo y dejan al menos 11 muertos y 67 desaparecidos, según el último reporte de la Secretaría Nacional de Gestión de Riegos (SNGR). También hay 163 casas afectadas.

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La entidad señaló que este martes se recuperaron cuatro cuerpos de personas registradas como desaparecidas. Maquero, un comerciante de 40 años, reclamaba impotente los cuerpos de sus allegados, ante el lento y difícil trabajo de excavación en la zona.

Socorristas con perros de rescate y lugareños remueven la tierra y levantan escombros día y noche. “Nos da una impotencia que no hagan nada”, solloza Carmen Quiroz, cuya cuñada “quedó enterrada con los bebés y los papás”.

En Ecuador las intensas lluvias provocan estragos desde enero. La semana pasada el gobierno declaró el estado de emergencia en 13 de las 24 provincias, con el fin de mover recursos económicos para atender a los damnificados de inundaciones y deslizamientos.

En Alausí, familiares de los desaparecidos piden a las autoridades el ingreso de maquinaria para remover la tierra y agilizar la búsqueda. El presidente Guillermo Lasso aseguró en Twitter que las labores de rescate continuarán “el tiempo que sea necesario”.

Familiares de las víctimas les dan "el último adiós" a sus familiares en Ecuador. Foto: Reuters. | Foto: KAREN TORO

Trabajo “casi imposible”

Una ligera llovizna cayó esta mañana en Alausí, un municipio donde habitan unas 45.000 personas. El temor reina. “Tenemos miedo de que se deslice otra vez y nos quedemos sin nada”, señala a la AFP Carmen Gavilanez, de 65 años.

El gobierno dispuso tres albergues y ordenó evacuar 600 viviendas cercanas a la zona del derrumbe, que cubre un área de 24,3 hectáreas. Los rescatistas escarban con cautela las toneladas de tierra acumulada. “Se vuelve casi imposible hacer una remoción total (de escombros) y realmente lo que se encuentre, si se encuentra, serán cuerpos”, dijo apenada Adriana Guzmán, del equipo de bomberos de Cuenca.

El presidente de Ecuador manifestó que las labores de rescate durarán el tiempo que sea necesario. | Foto: Restringido

La historia de Jacob, un perro labrador negro que busca desesperado a sus amos bajo los escombros, se volvió viral en redes sociales. Olfatea, escarba, chilla. Según medios locales solo se salvaron dos integrantes de la familia. Vecinos que reconocieron al animal lo vistieron con una camiseta verde para identificarlo.

La zona donde se produjo la tragedia estaba en “alerta amarilla” desde febrero por la lluvias. Además, las autoridades habían alertado sobre el hundimiento de la vía en el sector donde se produjo el alud. Antes del deslave, Ecuador ya reportaba 22 personas fallecidas y más de 6.900 viviendas afectadas por las fuertes precipitaciones.

El año pasado en enero, una lluvia torrencial que duró cerca de 17 horas hizo colapsar un embalse, provocando un aluvión que mató a 28 personas y dejó 52 heridos en Quito.

*Con información de AFP.