Los ingleses podrán dejar de utilizar mascarilla y de respetar el distanciamiento físico de un metro y medio, a partir del 19 de julio.
El anuncio lo hizo el primer ministro Boris Johnson, quien instó a los británicos a “aprender a vivir” con la covid-19, manteniendo la prudencia necesaria.
Pese a que el número de nuevos contagios está disparado en torno a 25.000 diarios debido a la variante Delta, mucho más transmisible que las anteriores mutaciones del SARS-CoV-2, esto no se ha traducido en un aumento fuerte de hospitalizaciones y muertes, precisó Johnson, justificando su decisión de levantar todas las restricciones legales en dos semanas.
El Gobierno también establecerá esta semana un sistema por el cual los británicos totalmente vacunados podrán ir de vacaciones a países de la lista “ámbar”, que incluyen a España y la mayor parte de Europa, sin tener que hacer cuarentena a su regreso.
Asimismo, podrán reabrir las discotecas y otros locales de ocio nocturno con la posibilidad de bailar y consumir en la barra, no habrá limitaciones a las reuniones privadas ni a grandes eventos como conciertos o partidos y terminará la consigna del teletrabajo.
“Tenemos que aceptar abiertamente que si no levantamos las restricciones aprovechando la llegada del verano ¿cuándo lo vamos a hacer”, afirmó Johnson en una rueda de prensa y subrayó que las opciones serían hacerlo en invierno, cuando según él, el virus cobra más fuerza, o “no hacerlo este año”.
Cambiando obligación por sentido común, el primer ministro instó a la población a seguir los consejos de las autoridades sanitarias, por ejemplo, sobre cómo actuar en lugares concurridos como el transporte público u otros.
En Reino Unido, el vínculo entre contagios y hospitalizaciones parece haberse roto, debido a la campaña masiva de vacunación. Allá, el 86 por ciento de los mayores de 18 años ya tiene la primera dosis y casi el 65 por ciento tiene el esquema completo. Esto ha permitido que para el 1 de julio solo hubiera 1.905 hospitalizados con síntomas graves de covid-19 en el país.
Sin embargo, la decisión de suprimir la obligatoriedad de los tapabocas fue criticada por numerosos expertos.
Stephen Reicher, profesor de Psicología Social en la Universidad de Saint Andrews, citado por AFP, es “espantoso (...) hacer de todas las protecciones una cuestión de elección personal, cuando el mensaje clave es que la pandemia no es una cuestión de ‘yo’ sino de ‘nosotros’. Tu comportamiento afecta a mi salud”.
Para la psicóloga Susan Michie, especialista en el área de Comportamiento en la University College London, la elección de dejar que los contagios aumenten equivale a “construir nuevas ‘fábricas de variantes’ a un ritmo muy alto”.
Chris Whitty y Patrick Vallance, médico y científico, respectivamente, y máximos responsables en esas materias en el país, afirmaron en la rueda de prensa que continuarán usando tapabocas en lugares cerrados y concurridos.
Con todo, el levantamiento de las restricciones es aliviante para miles de habitantes, que durante meses afrontaron medidas muy estrictas y largas cuarentenas en las que todas las actividades, salvo las esenciales, estuvieron prohibidas.
*Con información de AFP