Una nueva protesta estudiantil derivó este martes en disturbios y bloqueos de calles de Santiago a solo 18 días de la asunción del presidente izquierdista Gabriel Boric.
Grupos de escolares y encapuchados protagonizaron disturbios en las cercanías del palacio presidencial de La Moneda, tras un llamado a conmemorar el “Día del Joven Combatiente”, en recuerdo de dos hermanos asesinados en 1985 por agentes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Todos los años en esta fecha se generan incidentes nocturnos en barrios de la periferia de Santiago, con barricadas y enfrentamientos con la policía.
Desde el martes en la mañana la avenida Alameda, la principal arteria del centro de Santiago, permaneció cortada tras esporádicos enfrentamientos de estudiantes y encapuchados con agentes de las fuerzas especiales.
La manifestación volvió a paralizar una parte de la capital chilena, cuatro días después de otra marcha de estudiantes que protestaron para exigir el aumento del monto que les asigna el Estado para su alimentación, y que se saldó con un joven baleado por un Policía, que usó su arma tras ser atacado por manifestantes.
Un automóvil con funcionarios de la Fuerza Aérea de Chile también fue atacado con piedras y palos.
Los disturbios, con expresiones de violencia y destrucción en espacios públicos, han opacado las primeras semanas de gobierno de Boric, quien hace una década encabezó las protestas de estudiantes en reclamo de educación, pública, gratuita y de calidad.
Desde esa posición, el gobierno de Boric enfrenta la difícil ecuación de mantener el derecho a la protesta con el resguardo del orden público.
“Seguiremos trabajando para que la ciudadanía pueda desarrollar sus vidas con tranquilidad; lo haremos dialogando (...) pero también buscando modernizar a nuestras policías y hacer más eficiente su labor”, dijo este martes la ministra de Interior y Seguridad, Izkia Siches.
La Policía chilena enfrenta varias denuncias por violaciones a los derechos humanos cometidas durante las multitudinarias protestas que siguieron al estallido social del 18 de octubre de 2019.
Sin embargo, declaraciones de los principales portavoces del nuevo gobierno tras enfrentar las primeras protestas, levantaron críticas de varios sectores al considerarlas poco cautelosas hacia la fuerzas de seguridad, en un momento de hartazgo ciudadano frente a los frecuentes disturbios de los viernes, con destrucción de paradas de buses, bloqueo de calles y estaciones de metro y daños a comercios.
“No vamos a tolerar ataques violentos, ya sea el intento de quemar un local comercial, o más grave, la golpiza a nuestros funcionarios de Carabineros”, agregó Siches.
Fin de la militarización
Los militares desplazados en el sur de Chile abandonaron este domingo el lugar, seis meses después de haber sido desplazados en la zona en que se registran constantes ataques incendiarios atribuidos a grupos radicales mapuches que reivindican tierras.
La militarización de algunas provincias de las regiones de La Araucanía y el Biobío, a unos 600 km al sur de Santiago, fue ordenada por el expresidente Sebastián Piñera el pasado 12 de octubre, en medio de un incremento de los ataques y asesinatos en la zona, en los que también se investiga la acción de grupos de autodefensa de empresas forestales, dueñas de las tierras reclamadas por los mapuches.
La instrucción, ratificada 10 veces por el Congreso, no fue renovada por el gobierno del izquierdista Gabriel Boric, que asumió el pasado el 11 de marzo, y que busca instaurar el diálogo para alcanzar la paz en la zona, donde se asientan la mayoría de las comunidades indígenas mapuches, la mayor etnia de Chile, que reivindica tierras que consideran suyas por derechos ancestrales.
El fin de la militarización “no implica que el gobierno no tenga una preocupación y no tenga la tarea de garantizar la seguridad de todos los ciudadanos y ciudadanas de Chile”, dijo a la prensa el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, de visita en la zona.
“Se han tomado una serie de medidas que fortalecen las capacidades de las policías para cumplir una labor tan importante en una democracia”, agregó Monsalve el sábado, horas antes de que finalizara el plazo para el despliegue de los militares.
*Con información de la AFP.