Los combates entre los partidarios del líder chiita Moqtada Sadr y las fuerzas de seguridad se reanudaron el martes en la Zona Verde de Bagdad, una escalada que dejó al menos 23 muertos desde el lunes en medio de una interminable crisis política en Irak.
Los enfrentamientos comenzaron el lunes después de que el clérigo Moqtada Sadr anunciar que se retiraba de la política.
Después de un receso durante la noche, y a pesar del toque de queda, la violencia arreció nuevamente de madrugada con disparos de armas automáticas y explosiones de cohetes en la Zona Verde, sector muy protegido donde están los edificios gubernamentales y las embajadas, indicaron corresponsales de AFP.
Según un nuevo balance de los servicios médicos el martes, el número de seguidores de Sadr fallecidos ascendió a 23, con al menos 380 otros heridos, algunos por bala y otros por inhalación de gases lacrimógenos.
Más allá de la Zona Verde, el resto de Bagdad amaneció tranquilo, en medio de un toque de queda nacional que se mantendrá el martes. Las tiendas estaban cerradas y pocos coches circulaban por sus calles.
La violencia enfrenta a los partidarios del influyente clérigo con el ejército y los hombres del grupo Hashed al Shabi (Unidades de Movilización Popular, PMU), un antiguo grupo paramilitar chiita respaldado por Irán y ahora integrado en las fuerzas regulares.
Asalto del Palacio de la República
Los disturbios empezaron cuando miles de seguidores de Sadr irrumpieron tras su renuncia al Palacio de la República, la sede del gobierno en la Zona Verde de Bagdad.
Aunque inicialmente los seguidores de Sadr celebraron su asalto tomándose fotografías en los sillones de los salones de reuniones o refrescándose en la piscina, la situación se degradó.
Una fuente de seguridad indicó que los sadristas dispararon contra la Zona Verde desde el perímetro exterior y fueron replicadas por las fuerzas especiales del ejército y una unidad de Hashed al Shabi que había en el interior.
Testigos también hablaron de tiroteos entre los leales al clérigo y los seguidores del bloque chiita rival Marco de Coordinación, de tendencia proiraní.
Las protestas se extendieron a otras partes como Nasiriya e Hilla, ciudades al sur de Bagdad donde los sadristas también ocuparon edificios gubernamentales.
La Misión de la ONU de Asistencia en Irak (Unami) calificó los hechos como “una escalada extremadamente peligrosa” y urgió a todas las partes a “abstenerse de actos que puedan llevar a una cadena imparable de eventos”.
“La supervivencia del Estado está en juego”, advirtió.
El Marco de Coordinación condenó el “ataque a las instituciones estatales” y urgió a los sadristas a participar en un “diálogo”.
Bloqueo político
Sadr, un predicador con millones de seguidores devotos quien dirigió una milicia contra las fuerzas estadounidenses e iraquíes, anunció en Twitter su salida de la política.
“He decidido no involucrarme en asuntos políticos. Por lo tanto, anuncio mi retiro definitivo”, indicó Sadr, de larga trayectoria en la política iraquí, aunque sin haber entrado nunca en el Gobierno.
Dos días antes del anuncio, llamó a “todas las partes”, incluyendo su grupo, a dejar sus puestos gubernamentales para ayudar a resolver la crisis política.
En las elecciones del año pasado, su bloque salió como el grupo legislativo más grande, con 73 escaños, insuficientes para tener una mayoría.
Sus diputados renunciaron en junio para romper el estancamiento, con lo cual el Marco de Coordinación se convirtió en la fracción más grande.
Hamzeh Hadad, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, consideró que “no está claro” cuál fue la estrategia de Sadr al renunciar.
“Sea lo que sea que significa, en el estilo típicamente sadrista siempre se espera que dé marcha atrás”, señaló Hadad.
“El segundo punto, el más aterrador, es que le está dando luz verde a sus seguidores de hacer lo que quieran”, agregó.
Irak ha estado inmerso en el estancamiento político desde las elecciones legislativas de octubre pasado por un desacuerdo entre las facciones chiitas sobre la conformación de una coalición.
Los seguidores de Sadr han realizado manifestaciones frente al Parlamento iraquí, luego de irrumpir en el legislativo el 30 de julio para presionar para la disolución de la cámara y la convocatoria de nuevos comicios.
El Marco de Coordinación quiere que se designe un nuevo jefe de Gobierno antes de celebrar nuevas elecciones.
Con información de AFP