El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, parece empeñado en minimizar la pandemia. A pesar de que el país aún lidera la tabla de contagios a nivel mundial, el magnate parece ignorar la situación y ahora hará un evento de campaña en Tulsa, Oklahoma. Tendrá lugar en el BOK Center, un estadio multiusos con capacidad de albergar 19.000 personas y Trump, en contra de cualquier recomendación sanitaria, está dispuesto a llenarlo.Es la primera reunión de campaña que hace de manera presencial desde marzo, cuando el coronavirus paralizó todo. Su idea, sin embargo, ha sido fuertemente criticada, especialmente por los expertos en salud, que coinciden en que este no es el mejor momento para celebrar un mitin de tal magnitud. 

El equipo de campaña de Trump dijo que le tomarán la temperatura a cada persona a la entrada, además de entregar mascarillas y antibacteriales. Pero las recomendaciones de los epidemiólogos, incluso de la misma OMS han dejado claro que aunque los tapabocas y la desinfección constante de manos hace parte del cuidado, no es suficiente. De hecho, una de los principales aspectos para controlar la propagación del virus es el distanciamiento social, de lo contrario ningún país había decretado cuarentena o prohibido las aglomeraciones. Sin un adecuado distanciamiento social las personas siguen contagiándose. 

Este viernes cientos de personas marcharon en Tulsa, Oklahoma, para conmemorar el fin de la esclavitud, conocido como Juneteenth. El presidente amenazó a quienes intenten manifestarse este sabado durante su evento de campaña. Foto: GETTY IMAGESPero Trump y su equipo de campaña parecen ignorar por completo ese detalle y seguirán adelante con su plan, que podría resultar en un grave repunte de contagios en el estado de Oklahoma, donde la curva va en ascenso. El magnate, sin embargo, escogió un lugar en el que en términos generales no tendría problema. Es un estado mayoritariamente republicano en donde ganó con un amplio porcentaje de los votos durante las elecciones de 2016. A su vez, el gobernador de Oklahoma y el alcalde de Tulsa son republicanos y han dicho que es un ‘honor’ tener al presidente en su ciudad celebrando una de sus grandes reuniones de campaña. Si Trump hubiera escogido un estado de mayoría demócrata, tal vez habría tenido más inconvenientes y tropiezos para llevar a cabo su multitudinario mitin.

De hecho, este viernes la Corte Suprema de Oklahoma rechazó una petición que buscaba impedir el evento del mandatario en Tulsa por el alto riesgo de contagio que representa. Trump tiene entonces luz verde para seguir adelante con su mega reunión.Los epidemiólogos y expertos en salud de este estado han expresado abiertamente su desacuerdo y creen que realizar esta reunión en medio de la pandemia es completamente irresponsable. “Ojalá pudiéramos posponer esto para un momento en el que el virus no sea una preocupación tan grande como lo es ahora (...). Es un honor para Tulsa que el presidente quiera visitar nuestra comunidad pero no durante una pandemia”, le dijo Bruce Dart, director de Salud de Tulsa a un diario de esta ciudad.Incluso dos reconocidos epidemiólogos de la Casa Blanca, Anthony Fauci y Deborah Birx, le advirtieron al presidente Trump que las aglomeraciones son un vehículo para el contagio, pero parece que de nada sirvieron las recomendaciones. 

Algunos analistas coinciden en que los mítines y grandes reuniones de campaña son un impulso para los presidentes, especialmente para uno como Trump que ha estado de tropiezo en tropiezo en las últimas semanas. De cierta forma son claves para la salud mental de los candidatos. Incluso este viernes se burló de un mitin que hizo su rival demócrata, Joe Biden, con pocas personas y respetando el distanciamiento social. “El mitin de Joe Biden. ¡CERO entusiasmo!”, escribió en un trino acompañado de una foto del evento. 

“Este tipo de eventos calman a un presidente que ansía tener aceptación. Por algunas horas y de manera ininterrumpida se baña en la adoración de sus seguidores. Sus aliados incluso describen este tipo de eventos como momentos importantes para la psyche de Trump”, explica Peter Nicholas, en un artículo del diario The Atlantic. “Los mítines son oxígeno para él y los asistentes psicológicamente, para sentir el amor (...)”, le dijo a Ralph Reed, fundador de la Coalición Fe y Libertad al periodista Nicholas. En plena campaña presidencial es fundamental que los candidatos visiten varias ciudades para promover sus ideales y ganar el cariño de los votantes, hacer campaña solo desde la capital es tiempo perdido. Un mitin en el lugar equivocadoInicialmente este magno evento estaba previsto para el viernes 19 de junio. Sin embargo, el presidente decidió cambiar la fecha y pasarlo para el día siguiente porque se cruzaba con la conmemoración del fin de la esclavitud en Estados Unidos.A este día se le conoce como (Juneteenth) un juego de palabras entre june (junio) y nineteen (diecinueve). Esta hace referencia al 19 de junio de 1985, cuando el general Gordon Granger llegó a Texas y les anunció a los esclavos su liberación. Sin embargo, esta fecha no está catalogada como feriado nacional. 46 de 50 estados celebran y honran a las víctimas de la esclavitud en el país norteamericano pero no está en la lista federal de feriados de Estados Unidos.

El Juneteenth llega este año, además, en medio de las protestas en contra del racismo y la violencia luego de la muerte del afrodescendiente George Floyd a manos de un policía de Minneapolis. A raíz de esto muchas personas se pronunciaron en contra de Trump cuando este anunció que realizaría el mitin justo en esta fecha y, aunque posteriormente lo movió para el día siguiente, las críticas no cesaron, especialmente por el lugar que escogió para celebrarlo.Se trata de Tulsa, donde cerca de 300 personas afroamericanas fueron masacradas en 1921. Muchos catalogan como el peor ataque racista en la historia de Estados Unidos. El 31 de mayo de ese año, un grupo de supremacistas blancos entraron al barrio Greenwood donde vivían personas de color y empezaron a disparar indiscriminadamente a sus habitantes, además de incendiar tiendas, colegios, iglesias, casas, y básicamente todo lo que encontraron a su paso.

Se espera que miles de manifestantes se reúnan este sábado cerca al BOK Center, donde estará Trump. De hecho, el mismo mandatario ya les advirtió que evitaran disturbios. “Cualquier manifestante, anarquista, agitador, saqueador o de ‘baja vida’ que vaya a Oklahoma, por favor, entienda que no lo tratarán como si hubiera estado en Nueva York, Seattle o Minneapolis. ¡Será una escena muy diferente!”, escribió en su cuenta de Twitter, lo que muchos recibieron como una clara amenaza.

Esta no parece ser una semana fácil para el mandatario, y lo que pueda pasar mañana en su multitudinario evento tiene a más de uno preocupado. A la cifra de desempleo, que ya dejan más de 40 millones de desocupados en Estados Unidos, se le suma las protestas antirracismo. Mientras tato, la pandemia sigue cobrando vidas en este país, el más afectado a nivel mundial. Adicionalmente, la Corte Suprema le dio dos golpes: uno con el histórico fallo que le prohíbe a las empresas despedir a sus empleados por su orientación sexual. Y  otro, cuando le prohibió a Trump ponerle fin al programa DACA (Acción diferida para los llegados en la infancia, por sus siglas en inglés), que busca proteger a más de 700.000 jóvenes que llegaron ilegales al país con sus padres cuando eran niños.El presidente no tiene un camino fácil para su reelección y si su mitin en Tulsa termina en una tregedia por un repunte de contagios y muertes, podría perder más apoyo del que ya ha perdido.