A menos de dos meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que tendrán lugar el próximo martes 5 de noviembre, se llevó a cabo el primer y quizás único debate entre Donald Trump y Kamala Harris. Con todo el escenario y las condiciones para un encuentro, el exmandatario, para muchos, perdió el enfrentamiento con la vicepresidenta en un momento clave del proceso electoral.
Al inicio del debate, Trump tuvo su primer revés tras conocer a Kamala Harris personalmente. Mientras el republicano se dirigía a su atril, tranquilo, sin mirar a su oponente, la vicepresidenta se acercó y le extendió la mano al saludarlo, algo que sorprendió al magnate. En ese punto parecía que su estupefacción sería la muestra de lo que vendría después.
El timing se veía puesto en bandeja de plata para el expresidente, que venía de capa caída desde el anuncio de que su contrincante sería Kamala Harris y no Joe Biden. La vicepresidenta dio un salto en las encuestas y lo superó rápidamente, por lo cual parecía una oportunidad inmejorable para recuperar terreno y volver a la delantera en los sondeos. Pero no todo salió bien.
Lo más grave para Trump es que pasó algo que nunca le podría suceder en un debate: quedó en ridículo. Y, además, sucedió muy pronto. Para el exmandatario, conocido por ser un gran orador, fue un punto débil. Desde el inicio, Harris se adelantó a lo que iba a ser la confrontación y aseguró que su rival iba a decir muchas mentiras y meter el tema de la migración cuando no correspondía, una premonición cumplida.
“Trump estuvo como gato en pecera, o sea, defendiéndose como pudo, cayendo ingenuamente en todas las trampitas que le ponía Kamala. Le fue tocando las fibras más sensibles al expresidente, y todas tienen que ver con su egolatría, su vanidad patológica. Trump, como un niño, cayó inocentemente y se enganchó con Kamala. Eso es algo que nunca se hace en un debate”, le dijo a SEMANA el analista político Javier Maza desde Estados Unidos.
A los pocos minutos, Trump difundió la gran mentira de que pasaría a la historia política reciente de Estados Unidos. “En Springfield se está comiendo a los perros la gente que vino, se están comiendo a los gatos, se están comiendo a las mascotas de la gente que vive allí. Esto es lo que está pasando en nuestro país y es una vergüenza”, aseguró, difundiendo una noticia falsa que tuvo que ser desmentida por los mismos moderadores de ABC News. El exmandatario se defendió diciendo que lo había dicho “la gente de la televisión”.
Durante el debate continuó con el mismo rumbo: un Trump que en su desespero arremetió contra los migrantes, negó haber perdido las elecciones de 2020, intentó defenderse de los casos judiciales en su contra y cuestionó de nuevo la raza de Kamala Harris. Y aunque el expresidente remontó un poco después de la mitad del evento, parecía ser ya un poco tarde. Según el análisis de CNN, el expresidente dijo más de 33 mentiras durante más de hora y media de enfrentamiento, mientras que Kamala solo habría pronunciado una.
Ahora surge la duda de qué hará el exmandatario después de su deslucida noche. Una de las grandes inquietudes es si debería volver a debatir con la vicepresidenta, una idea más bien improbable dadas las circunstancias y lo mal que salió el primer encuentro. “Armaron un acuerdo, como imaginé que pasaría. Se ve en el hecho de que corregían todo, pero no la corregían a ella”, dijo el exmandatario a Fox News. Posteriormente, aseguró que no asistiría a más debates, pero todo podría cambiar en los próximos días.
Además, la defensa del exmandatario ha sido atacar a los moderadores de la ABC por desmentir sus afirmaciones un par de veces y nunca haberlo hecho con su rival, aunque análisis en Estados Unidos, como el de la CNN, coinciden en que Harris nunca dijo nada tan grave que mereciera ser desmentido frente a los millones de personas que vieron el evento.
“Si como resultado de este debate se empiezan a mover las agujas y la paridad en algunos estados comienza a romperse a favor de Kamala de una manera dramática, no le convendría a ella un nuevo debate, porque ya capitalizó bastante con este. Definitivamente, a Trump sí le convendría otro, porque él sabe que perdió”, afirmó Maza, quien aseguró que aún hay que esperar más movimientos de las encuestas en los estados claves del país.
Por el contrario, en el Partido Republicano hay voces mixtas sobre qué debería hacer Trump frente a un futuro debate. Algunos sostuvieron que debería enfrentarse nuevamente a Harris para limpiar su imagen de la reciente presentación. Sin embargo, otros consideraron que esto solo beneficiaría aún más a la vicepresidenta demócrata.
“Otro debate es como para ir a un ataque personal, que seguramente va a buscar la vicepresidenta Harris. Pienso que no hay necesidad, ya se hizo el debate, ya se establecieron claramente quienes son los dos candidatos. Y lo que hay que hacer de aquí a noviembre es campaña. Un debate adicional solamente va a mostrar a la gente el mensaje equivocado, porque hay votantes indecisos y lo que va a terminar haciendo es generar tal vez un desgaste frente a los dos candidatos y no va a aportar absolutamente nada”, dijo Cristhian Mancera, analista político, abogado y concejal del Distrito 11 del condado Miami Dade.
Las encuestas también parecen dar a Kamala Harris como gran ganadora. Los más recientes sondeos muestran cómo su intención de voto mejoró después del debate de la noche del martes. Según el Washington Post, encuestaron a partidarios de Trump; el 6 por ciento anunció que cambió su voto y el 17 por ciento dijo que los hizo reconsiderarlo. Eso es más de lo que dijeron los partidarios de Biden después del debate del 27 de junio.
El mercado de apuestas también revela que este es el momento más probable para que Harris gane las elecciones. Para el miércoles pasado, las probabilidades marcaban que Trump tenía una posibilidad de victoria del 52,3 por ciento frente al 46,3 por ciento para la demócrata. Un día después del debate, la actual vicepresidenta es la elegida más probable con 51,2 por ciento contra 48,1 por ciento, que registró el expresidente.
Por eso, la ruta para Trump parece transitar su punto más difícil en su tiempo en campaña. Mientras la elección era contra Joe Biden, parecía posible su retorno a la Casa Blanca, pero ahora, con el fenómeno mediático en el que se ha convertido Harris, pareciera que la retórica del discurso se ha ido en su contra. El expresidente había fijado sus puntos claves en la migración, aborto y economía, pero en estos aspectos ha sido contraatacado y se está quedando sin cartas.
“La campaña de Donald Trump tiene que seguir concentrándose en los temas del día a día. La gente está preocupada por las alzas en los precios, venimos de pagar 2 o 3 dólares por un panal de 12 o 24 huevos y hoy estamos pagando un 50 por ciento más. O sea, el precio se ha elevado de forma absurda. Pienso que sería un error seguir atacando a la vicepresidenta Harris, porque finalmente ella sola con sus políticas va a autodestruirse”, asegura Mancera.
Desde Estados Unidos también se afirma que el expresidente necesita sumar apoyos vitales de gente reputada y con buena fama en el país, algo en que los demócratas parecen tener una gran ventaja. Solamente, después del debate, añadieron el respaldo de la cantante más escuchada del mundo, Taylor Swift, clave para conquistar el voto joven en los comicios de noviembre. El anuncio de la artista tiene más de 10 millones de likes al momento de la publicación.
“Cuando los precios de los alimentos suben un 20 por ciento, perjudica a la mayoría de los estadounidenses. No afecta a Taylor Swift. Cuando los precios de la vivienda se vuelven inasequibles, no afecta a Taylor Swift ni a ningún otro multimillonario”, dijo la fórmula vicepresidencial de Trump, JD Vance, en un discurso que no ha sido bien recibido en momentos en los que la idea es captar la mayor cantidad de votos posibles.
A la campaña presidencial en Estados Unidos le quedan menos de dos meses y entró en su recta final con tensiones entre los candidatos. Cualquier cosa puede pasar entre Trump y Harris. Por ahora, la vicepresidenta le ganó el round al expresidente y lo tiene contra las cuerdas buscando cómo devolver los golpes.