Por tercera vez en este año, el millonario Donald Trump volvió a ser imputado. Esta vez, el fiscal especial, Jack Smith, le impuso cuatro cargos penales que se refieren a sus intentos por anular las elecciones de 2020.
De acuerdo con la acusación, estos esfuerzos condujeron al asalto del Capitolio de Estados Unidos en Washington el 6 de enero de 2021.
Además del revuelo que ha causado la noticia por el solo aspecto jurídico, el asunto del que más se habla ahora apunta a las posibilidades de que Trump, precandidato republicano a la presidencia, pueda seguir adelante con su aspiración de volver a la Casa Blanca si es condenado por un crimen.
La prensa estadounidense, por supuesto, ha consultado a una serie de juristas y expertos en la Constitución, para quienes las cortes no han dicho la última palabra al respecto, de modo que el sentir general es que ni ser acusado ni resultar convicto constituyen un impedimento legal para que Trump sea elegido en los comicios, que tendrán lugar en 2024.
De acuerdo con CNN, en la historia ya se presentó un caso de un delincuente convicto que aspiró a la presidencia.
Se trataba del socialista Eugene Debs, quien, en 1920, siguió adelante con su campaña a la presidencia, en tanto que cumplía una pena tras las rejas por espionaje. En últimas, no le pudo ganar al republicano Warren G. Harding, pero sí obtuvo la nada despreciable suma de 900.000 votos.
El principio básico para creer que Trump no se vería impedido para ser candidato, es que la Constitución es el único documento que establece las reglas que deben seguir quienes quieran gobernar al país.
Al consultarla, resulta que la carta solo contempla tres requisitos para los aspirantes. Como se lo explicó a CNN el abogado constitucionalista Rafael Peñalver, debe haber nacido en Estados Unidos, residido en el país al menos durante 14 años y ser mayor de 35 años.
Otro experto, Richard L. Hasen, señaló que la Constitución “no impide que nadie acusado, condenado o incluso encarcelado, se postule como presidente y gane la presidencia”.
La siguiente pregunta sobre el tapete tiene que ver con la viabilidad de que un presidente pueda gobernar desde una prisión.
Al respecto, tampoco hay un solo especialista que se atreva a dar una respuesta contundente.
Según Derek Muller, profesor en Derecho Electoral de la Universidad de Iowa, se acepta como regla general que los requisitos para ser primer mandatario los ordena la Constitución, cuyo texto no hace alusión a este tema en particular.
“En ningún momento la Constitución dice que el haber sido convicto por un delito o haber sido acusado o estar siquiera sirviendo en prisión te pueda impedir aspirar o servir como presidente”, enfatizó Peñalver.
Se trata, agregó, de un aspecto sui generis de Estados Unidos, donde, así las cosas, es “teóricamente factible” que un político gobierne vestido con el overol de preso.
Si acaso se considerara una dificultad, estaría por el lado de la recaudación de fondos, una actividad para la cual es vital que los candidatos hagan acto de presencia y entren en estrecho contacto con la gente en los eventos para ese fin.
Empero, ello cabe en el terreno de lo político y no de lo jurídico, según el profesor Muller.
Por supuesto, el más satisfecho con estas perspectivas es el propio Donald Trump, quien ya ha sido claro en que no desistirá de la carrera por la presidencia pese a los procesos judiciales que se llevan a cabo en su contra.
Además de los cargos que le impuso el fiscal Smith el pasado martes, Trump también enfrenta en Florida otros 40 cargos federales por el manejo irregular de documentos clasificados del gobierno.
En Nueva York, de otra parte, tiene pendiente el caso del manejo irregular de fondos de su campaña a raíz de un pago que se le hizo a la actriz porno Stormy Daniels, para silenciarla al respecto de un romance que habrían tenido en 2006.
Según Hasen, si resulta elegido presidente el año que viene, podría intentar concederse el indulto a sí mismo.
“No se ha probado si puede hacerlo. Es posible que la Corte Suprema tenga que opinar”, dijo el especialista.
De otro lado, Trump podría apelar las decisiones de sus juicios ante la Corte Suprema, la cual se ubica en el ala conservadora, con miembros designados por el propio Trump durante su gobierno de 2017 a 2021.
Un impedimento que sí enfrentaría Trump si es hallado culpable es que no podría votar en su estado adoptivo de Florida, o por lo menos solo podría hacerlo hasta después de cumplir cualquier condena.