Tras lograr la reelección en los últimos comicios ante Kamala Harris, Donald Trump regresó a la Casa Blanca para adelantar el plan de transición pacífica con el gobierno saliente. Joe Biden invitó al presidente electo al Despacho Oval, como lo dictan las costumbres estadounidenses, a pesar de que Trump no hizo lo propio con él en enero de 2021.
Donald Trump visitó a Biden en la Casa Blanca tras confirmar que su partido, el Republicano, les arrebató el control del Senado a los demócratas y se dispone a mantener el de la Cámara de Representantes. Trump dijo que la transición será “lo más fluida posible” durante reunión con Biden.
“Como ya dijimos, será una transición suave, haremos todo lo que podamos para asegurarnos de que estés acompañado en lo que necesites, vamos a tener la oportunidad de hablar sobre eso hoy, eres bienvenido”, dijo Biden, quien recibió con un caluroso saludo de bienvenida a Trump.
El próximo mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, le respondió de una forma más seca a Biden sobre que se encontraba dichoso por regresar a la Casa Blanca: “La política es dura y en muchos casos el mundo no es agradable, pero hoy sí, y lo aprecio mucho, una transición tan suave como lo pueda ser”.
La invitación de Biden restablece una tradición que Trump rompió cuando perdió las elecciones de 2020, negándose a sentarse con Biden e incluso a asistir a la investidura. El expresidente Barack Obama recibió a Trump en la Casa Blanca cuando el magnate ganó las elecciones de 2016.
Cuando Trump se fue de la Casa Blanca el 20 de enero de 2021, muchos republicanos lo repudiaron por haber arengado a una multitud antes del asalto al Capitolio.
Pero el período de desgracia duró poco y los republicanos volvieron a su lado, en parte por su capacidad para movilizar electoralmente al movimiento de derecha que lo ha vuelto a aupar al poder.
Trump inicia su segundo mandato con un control casi total sobre su partido y ha pasado la semana desde las elecciones en su mansión de Florida, formando su equipo.