El debate de Donald Trump contra Kamala Harris había generado expectativa en el mundo entero. Se trataba de la primera vez en que los dos se enfrentaban en vivo. La vicepresidenta demócrata, de 59 años, y el expresidente y candidato republicano, de 78, entraron en el recinto del Centro Nacional de la Constitución de Filadelfia y se estrecharon la mano. Pero quizá ese fue el único acto amable de la noche.
El encuentro fue lo que todos esperaban: una seguidilla de ataques y defensas. La conversación demostró que ambos tienen visiones opuestas del mundo en casi todos los temas. Los dos siguieron al pie de la letra las reglas que le había puesto ABC. Estuvieron de pie, detrás de un atril, con solamente un bloc de notas, un bolígrafo y un vaso de agua. No hubo público. Y los micrófonos solo estuvieron encendidos cuando hablaban.
Ninguno de los dos tuvo un error garrafal o un lapsus que se volviera viral. El encuentro tenía un enorme significado. Era el primer debate y quizá será el único. Y tuvo lugar en Filadelfia, la cuna de la democracia y donde se cree que se cosió la primera bandera estadounidense.
Durante décadas, estos debates le permitían a un candidato distinguirse de su rival, pero no hacían mella en la campaña. Hasta el pasado junio, cuando el pésimo desempeño del presidente Joe Biden precipitó su caída hasta que el 21 de julio pasó el testigo a su vicepresidenta.
Desde entonces ella se ha convertido en un fenómeno político. Recabó un apoyo masivo en cuestión de horas, rompió récords en recaudación de fondos, saboreó una nominación triunfal en la convención demócrata de Chicago y consiguió igualar mucho las encuestas sobre la intención de voto. En la más reciente, una de New York Times y Sienna, el magnate apenas la supera por un punto.
Para los estadounidenses los debates son esenciales. Muchos quieren conocer más a Kamala Harris, que durante su trabajo como vicepresidenta fue en cierto modo discreta. Según una encuesta de la Universidad de Syracuse/Ipsos realizada en agosto, aproximadamente la mitad de los adultos estadounidenses (53 %) dijo que era “muy importante” este debate televisado entre los dos candidatos. Alrededor de dos tercios de los republicanos (67 %) lo calificaron de “muy importante”, en comparación con aproximadamente la mitad de los demócratas e independientes. En últimas, todos conocen a Trump, pero esta era la oportunidad de conocer a Harris.
El debate estuvo lleno de ataques, sablazos y medias verdades. Estas son algunas de las frases que más impactaron ese esperado encuentro.
Por el lado de Harris...
“Creo que el pueblo estadounidense quiere algo mejor… Quiere algo mejor que esto”
“Los líderes mundiales se ríen de Donald Trump. Lo consideran una desgracia”
3. “Donald Trump nos dejó el peor ataque a la democracia desde la Guerra Civil” (el día anterior al aniversario del 9/11)
4. “Es bien sabido que admira a los dictadores y quiere ser dictador desde el primer día, según él mismo”
5. “Si Donald Trump fuera reelegido, firmaría una prohibición nacional del aborto”
Por el lado de Trump...