La rivalidad de Joe Biden y Donald Trump quedará en la historia estadounidense por muchos años. Ellos representan dos polos opuestos en el sistema político de ese país.
Biden, un demócrata de línea progresista, hizo carrera en la vida pública de Estados Unidos pasando por el Senado y la Vicepresidencia. Además, es el sucesor del legado de Barack Obama.
Trump, por su parte, defendiendo ideales de la derecha y del conservatismo republicano, pasó de magnate y estrella de televisión a ser uno de los presidentes más populares en la historia reciente del país. Sin haber ocupado un solo cargo público logró dejar, en medio de la polémica, su propio legado en la Casa Blanca.
A pesar del fenómeno que ambos representan para el sistema político de los Estados Unidos y de la historia que construyeron en los últimos años, los ciudadanos de ese país parecen estar cansados de esta confrontación.
Una reciente encuesta realizada por CNN reveló que gran parte de los votantes, tanto demócratas como republicanos, quieren ver nuevas caras en la contienda por la Presidencia en 2024. El 51 % de los votantes del Partido Demócrata quieren una nueva propuesta para la Presidencia. Por su parte, el 49 % de los votantes republicanos quieren una alternativa distinta a Donald Trump.
De cara a un nuevo ciclo electoral en 2024, las cifras son reveladoras: en ambos partidos sus bases de votantes están divididas e indecisas acerca del apoyo que darían a cualquiera de estos dos posibles candidatos.
En el caso de Biden, la regular gestión de la pandemia y la inflación desbordada generaron que su popularidad cayera.
Para inicios de este año, solamente el 43 % de la población del país aprobaba la gestión del presidente, que asumió el cargo después de haber hecho grandes promesas durante la campaña. A esto se suma la imposibilidad de Biden de consolidar una mayoría clara en el Senado, que ha hundido, de manera repetida, los proyectos más ambiciosos de su administración.
Mientras tanto, Trump ha tenido que enfrentar varios juicios abiertos en su contra que podrían afectar su popularidad ante el votante republicano.
Por una parte, se encuentra la investigación adelantada desde el Senado para esclarecer los eventos de la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021, hecha por sus seguidores más radicales. Ante esto, el expresidente ha hablado de indultos para quienes participaron en este movimiento, en caso de llegar nuevamente a la jefatura de Estado.
Por otra parte, avanza una investigación por fraude inmobiliario y financiero de algunas empresas de la familia Trump. En este caso, los hijos del expresidente fueron citados a rendir declaraciones ante un juzgado de Nueva York.
El electorado estadounidense parece estar a la espera de nuevas alternativas que lo saquen de esta disyuntiva, y no descarta que ambos personajes den un paso al costado en su carrera por la Presidencia de Estados Unidos.
No obstante, las opciones hasta el momento no son muy claras. Trump ha consolidado el apoyo, casi ciego, de ciertos miembros del Partido Republicano, que ven en el candidato una manera de llegar de nuevo al Gobierno. Para los demócratas, la candidatura casi inminente de Trump supone jugar una carta segura y, ante la ausencia de otros candidatos, Biden parece seguir siendo la mejor opción. Además, la vicepresidenta Kamala Harris también pasa por un momento difícil en su favorabilidad.
La renovación de las candidaturas presidenciales podría dar un nuevo aire a una sociedad dividida y polarizada por las diferencias, que parecen irreconciliables, entre demócratas y republicanos.