El 24 de febrero de 2022 Vladímir Putin anunció una ‘operación militar especial’ en territorio ucraniano, pero fue un eufemismo: estaba declarando la guerra a su vecino país después de meses de duras tensiones. Contra el autoritario mandatario ruso se enfrentaba el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, un comediante de televisión que se convirtió en el líder de un país en combate que enfrentaba a una de las potencias militares más grandes del mundo.

En su momento se presumía que Rusia se llevaría la victoria rápidamente, o que un acuerdo de paz llegaría en cualquier momento para ponerles fin a las hostilidades. Pero con el pasar de los meses, y ahora de los años, esto nunca llegó y la guerra no solo no está ni cerca de su fin, sino que se ha normalizado y forma parte del paisaje en un mundo que les ha ido prestando más atención a otros temas geopolíticos.

El mapa prácticamente permanece igual desde hace un año y medio. Si bien a inicios de la guerra Rusia había conseguido buenas posiciones y parecía que su victoria era cuestión de meses, desde agosto de 2022 cada bando ha conseguido algunas victorias pírricas y que, en varios casos, terminan perdiéndolas nuevamente un par de meses después. Pero este tipo de guerra de desgaste, con enfrentamientos esporádicos y más bien intentando ataques seguros, tiene un gran beneficiario: el régimen de Putin, que además se ha visto muy poco incomodado por los paquetes de sanciones que Occidente ha lanzado en su contra y de sus aliados.

El punto clave es que Rusia tiene todo el arsenal y ejército necesarios para continuar con la guerra por años, pero Ucrania depende en gran manera de todo el apoyo de sus aliados. “No está en un punto muerto. Rusia continúa llevando a cabo su operación militar especial. Todos los objetivos establecidos deben alcanzarse”, manifestó el portavoz presidencial, Dmitri Peskov. Mientras tanto, los amigos de Zelenski y Ucrania cuestionan cada vez más los envíos de equipo militar.

Guerra en Ucrania. | Foto: AFP or licensors

Por ejemplo, el gran caso es el de Estados Unidos. En el Congreso de ese país se sostuvo un gran debate acerca de si aprobar un nuevo paquete de ayuda para el ejército ucraniano o no. Por semanas, los legisladores demócratas, del partido del presidente Joe Biden, lucharon para convencer a sus rivales republicanos de aprobar dicha medida. Si bien al final tuvo luz verde, cada vez hay más dudas al respecto de brindar ayuda a Ucrania. Además, esta se vería detenida si Donald Trump resulta elegido presidente en noviembre, un escenario posible.

Uno de los temas álgidos es el incremento de tropas para cada uno de los bandos. En Ucrania, donde está impuesta la ley marcial con la cual los hombres adultos tienen prohibido dejar el país y hay un buen número de mercenarios extranjeros, Zelenski apura por contar con más tropas para poderse igualar en número con Moscú. Para esto, busca bajar la edad de reclutamiento de 27 a 25 años y limitar los aplazamientos por discapacidades menores. Esto podría darle 500.000 soldados más en los próximos meses.

Rusia, en cambio, parece tener un panorama complejo, pero seguro. Tiene toda la capacidad de seguir enviando tropas para que enfrenten a la resistencia ucraniana, aunque, según varios reportes, ha perdido a muchos de sus hombres mejor entrenados, por lo cual también ha sido cauto a la hora de intentar conquistar posiciones más ambiciosas en el frente de batalla. Sin embargo, podría ser cuestión de tiempo hasta que se envíe una gran ofensiva.

Ejército de Ucrania durante la guerra. | Foto: Reuters

Las cifras de lado y lado son escabrosas, esto a pesar de que ninguno de los bandos ha querido revelar un número oficial de bajas. Según los informes de la inteligencia de Estados Unidos, al menos 70.000 soldados ucranianos habrían muerto en el frente, mientras que del lado ruso las bajas llegarían hasta las 120.000. Los heridos de los dos países alcanzarían una cifra cercana a los 150.000 cada uno. Pero el verdadero drama es el de los civiles.

Según las Naciones Unidas, desde el inicio de la guerra, hace dos años, más de 10.000 civiles han fallecido, mientras que más de 17.000 fueron heridos. Los informes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reporta que cerca de 8,1 millones de personas han abandonado el país huyendo de la guerra que asola a esa nación. Además, hay cientos de reportes de torturas, detenciones ilegales, ejecuciones sumarias, masacres y abusos sexuales a la población sin discriminar en su edad, género o clase social.

Por ahora, la guerra cumple un amargo segundo aniversario, sin ningún atisbo de diálogo entre ambas partes. Para Ucrania, el punto clave para sentarse a negociar es que Rusia renuncie a los territorios conquistados en tierra ucraniana, mientras que para el Kremlin, este es su punto para hablar con Zelenski. Mientras tanto, ambos bandos intentan mantener la retórica de que están en lado ganador, que no hay nada de qué preocuparse y que la victoria terminará llegando tarde o temprano. Todo, al tiempo de que sus tropas y sus ciudadanos se desangran con el pasar de los días.

Facilidades para ucranianos en el país

Luis Ramírez Brand, cónsul de Ucrania en Colombia. | Foto: Juan Carlos Sierra

Según cifras oficiales, desde el inicio de la guerra, unos 300 ciudadanos ucranianos han llegado a Colombia huyendo de la guerra. Mientras tanto, se le ha entregado una serie de ayudas. “Se les ha dado facilidades a nivel de migración; inicialmente, ellos ingresan con una visa de turismo por 180 días, y Migración Colombia y la Cancillería van analizando caso por caso cuando se cumple ese periodo; si no se ha solucionado su estatus migratorio, lo que hacen es prorrogarles la estancia en Colombia, sin que esto sea penalizable y mirando su condición personal”, manifestó Luis Ramírez, cónsul de Ucrania en Colombia.

Asimismo, a cada persona que llega a Colombia desde el país en guerra se le hace un informe para determinar en qué condiciones puede quedarse en el país. “El nivel de estudios que tienen, su nivel económico y van determinando qué tipo de visa o qué estatus les dan para que puedan trabajar y aportarle a Colombia también”, dijo el cónsul.

“Son pocos los ucranianos, pero el ucraniano es una persona que se adapta muy bien a las condiciones de vida nueva. En el caso de Colombia, los que están acá, todos se han integrado rápidamente a la vida profesional”, manifestó el diplomático a SEMANA, asegurando que muchos de los ciudadanos ya se incorporaron a industrias agrícolas y tecnológicas del país con cierta facilidad, teniendo como plus sus estudios y experiencia.

“Siete millones cruzaron la frontera”

Paweł Wozny, embajador de Polonia en Colombia. | Foto: Juan Carlos Sierra

En diálogo con SEMANA, el embajador de Polonia en Colombia habló acerca de cómo ha sido el proceso de su país acogiendo a más de 2 millones de ucranianos, aunque un total de 7 millones han pasado por esa nación en algún momento. “Polonia es el país que más refugiados ucranianos ha acogido. De alguna manera se creó una nueva realidad en el país también, porque muchos de ellos se incorporaron al sistema educativo y al mercado de trabajo”, manifestó el embajador Pawel Wozny.

De igual manera, aseguró que muchos tendrán la ilusión de algún día retornar a Ucrania cuando la guerra termine. “Creo que la mayoría de ellos no pierde la esperanza de volver a su país, están en un estado temporal y están tratando de hacer su vida en Polonia, pero pienso que muchos de ellos esperan el momento en que termine la guerra para poder volver a su país y reconstruirlo, que será un gran reto”.

Finalmente, contó acerca de la experiencia de los refugiados, que no ha sido fácil, y muchos de ellos están comenzando desde cero. “Algunos van a encontrar su vida, su lugar para vivir, su casa en el país que los acoge, en Polonia o en otros países a donde migraron, pero obviamente sin olvidarse de ser ucranianos y de prestar ayuda, asistencia a sus familiares en Ucrania, pero desde Polonia o desde otros países”, dijo el embajador polaco en Colombia, pidiendo que el mundo no se olvide de esa guerra.