En medio de la creciente polémica que se ha desatado en Brasil después de la toma que simpatizantes de Jair Bolsonaro hicieron a varios edificios públicos de Brasilia el pasado 8 de enero, y ante las versiones encontradas frente a la eventual participación o responsabilidad de los militares en dichas acciones, este sábado, 21 de enero de 2023, casi 15 días después de los desmanes, se conoció que el presidente de ese país; Luiz Inácio Lula Da Silva, en medio de la purga de uniformados, decidió destituir también al más alto oficial de la institución; el comandante Júlio César de Arruda.
La información sobre la destitución del comandante del Ejército de Brasil, fue confirmada a medios internacionales por altas fuentes al interior de la misma fuerza castrense, quien además ha advertido sobre la creciente tensión que se vive en el Ejército, donde cerca de 80 uniformados con funciones cercanas a las instituciones atacadas, también han sido retirados del servicio.
Sobre el comandante Arruda, medios internacionales como la Agencia AFP han precisado que el militar se encontraba de manera ‘interina’ en el cargo desde el pasado mes de diciembre; la recta final del mandato de Jair Bolsonaro, y pese a ser un mando cercano al expresidente, había sido confirmado en su cargo por el nuevo presidente; Lula, quien asumió el cargo el pasado 1 de enero.
Tras el anuncio del retiro del comandante Arruda, también se habría dado a conocer el nombre del oficial que asumirá en su reemplazo el cargo; se trata del general Tomás Ribeiro Paiva, uniformado que, desde 2021, se venía desempeñando al frente de las tropas en el sureste del país; más precisamente en Sao Paulo.
El el relevo en el mando del Ejército se anunció oficialmente este mismo sábado, luego de que el presidente, a su regreso a Brasilia, sostuvo un encuentro con el ministro de Defensa; José Múcio.
El anuncio se dio a conocer previo a la gira internacional que emprenderá el presidente de Brasil este fin de semana, en un periplo que comprenderá su participación en la cumbre de la Celac en Argentina la próxima semana.
Sobre el que se estima será el nuevo comandante del Ejército de Brasil, medios internacionales han precisado que se trata de un militar de 62 años, con cerca de 40 años de permanencia en las filas.
En su recorrido en la institución castrense se destaca su participación en la misión del Ejército brasileño en Haití, su comandancia del Batallón de la Guardia Presidencial. Es un militar con alto roce político, pues se desempeñó como auxiliar en la Presidencia durante el paso de Fernando Henrique Cardoso por la presidencia.
Esta semana, precisamente, el referido militar había señalado, en el marco de un acto público en la ciudad de Sao Paulo la necesidad de que el Ejército actúe como un garante de la democracia.
“Cuando votamos, tenemos que respetar el resultado de las urnas”, advirtió el general en su citada intervención.
Este viernes, el presidente, el ministro de Defensa y los altos generales del Ejército de Brasil habían sostenido una reunión en el palacio de Gobierno; escenario en el que si bien no se conoció una declaración posterior por parte de los uniformados, desde la parte civil sí se apuntó que de momento no se ha podido comprobar el involucramiento directo de militares en las acciones violentas, pero se acordó que si se halla que algún efectivo participó de la revuelta, deberá ser castigado.
No obstante, ese sería uno de los puntos de discrepancia entre Arruda y Lula, lo que conduciría a su salida.
Desde la ocurrencia de la revuelta, Lula ha dado síntomas de desconfianza frente al actuar de los militares, y por ello ha anunciado una “revisión profunda” de su entorno más cercano en el palacio presidencial, a la vez que dijo que privilegiará a los funcionarios civiles sobre los militares.
Este es un golpe a los beneficios y el estatus que habían ganado los militares en el cuatrienio anterior, cuando precisamente un veterano de su fuerza, Jair Bolsonaro, fue quien asumió las riendas del país.