Dos voluntarios británicos fueron “capturados” por soldados rusos en Ucrania, informaron este viernes -29 de abril- una organización sin fines de lucro y la familia de uno de los trabajadores humanitarios apresados.
Paul Urey y Dylan Healy fueron “capturados” por soldados rusos el lunes en un punto de control al sur de la ciudad de Zaporiyia en el suroeste de Ucrania, indicó la organización sin fines de lucro Presidium Network.
Los voluntarios operaban de forma independiente para intentar ayudar a huir a ucranianos y fueron arrestados cuando auxiliaban a una mujer y sus dos hijos en Zaporiyia.
La organización precisó que se ofreció a ayudar a Urey y Healy después de recibir reportes de su trabajo en el terreno, pero aclaró que los voluntarios no estaban afiliados a su red en Ucrania.
Urey, nacido en 1977, tiene diabetes tipo 1 y necesita tomar insulina de forma habitual, dijo su madre Linda Urey, que afirmó que su familia está “extremadamente preocupada”.
Presidium informó que Urey es un curtido trabajador humanitario que estuvo ocho años en Afganistán e informó que Healy, nacido en 2000, trabajaba en la cocina en un cadena hotelera en el Reino Unido.
La ONG confirmó que está trabajando con el ministerio de Relaciones Exteriores británico.
Lo que se sabe de los “crímenes de guerra” en Bucha
Ucrania y los países occidentales acusan a Rusia de “masacres” y de “crímenes de guerra” tras el descubrimiento de decenas de cadáveres en varias localidades de la región de Kiev ocupadas por las fuerzas rusas en marzo.
Todo comenzó el 2 de abril en Bucha, donde periodistas de la AFP hallaron 20 cuerpos en la calle Yablunska.
Desde aquel momento, la AFP entrevistó a decenas de testigos, accedió a una lista de cuerpos encontrados en la ciudad -a veces con detalles sobre las circunstancias de la muerte- y a certificados de defunción de 10 personas.
Esto es lo que se sabe sobre estos acontecimientos, que provocaron condenas en todo el mundo y nuevas sanciones contra Rusia.
Una ciudad devastada
Bucha, una apacible ciudad de 37.000 habitantes a 30 kilómetros de Kiev, fue -como otras localidades de los alrededores de la capital- escenario de los más violentos combates desde el inicio de la guerra, el 24 de febrero.
El ejército ruso penetró en Bucha el 27 de febrero, pero la batalla se prolongó varios días, y las tropas rusas sufrieron considerables pérdidas.
Varias operaciones de evacuación de civiles se llevaron a cabo hasta el 12 de marzo, cuando las autoridades afirmaron no tener ya el control ni el acceso a la ciudad, donde unas 4.000 personas quedaron atrapadas.
Los combates en torno a Bucha no cesaron y a fines de marzo las tropas rusas se retiraron de la ciudad. El alcalde Anatoli Fedoruk anunció el 1 de abril que el 31 de marzo entraría en “la historia” de la localidad como “el día de su liberación”.
Primeros descubrimientos macabros
Un equipo de periodistas de la AFP fue a Bucha el 2 de abril y vio edificios e inmuebles devastados, carcasas de coches y calles llenas de escombros.
Al recorrer la calle Yablunska, una de las más largas de Bucha, los periodistas de la AFP descubrieron, dispersos en varios centenares de metros, los cadáveres de 20 hombres vestidos de civiles.
Uno de ellos estaba tirado sobre su bicicleta, otro tenía al lado bolsas de provisiones. Otro tenía las manos atadas en la espalda. Al menos dos de esos cadáveres presentaban grandes heridas en la cabeza.
El aspecto de los cadáveres daba a entender que estaban ahí al menos desde hacía varios días.
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Con información de AFP