La oficina del primer ministro británico del Reino Unido, Boris Johnson, se disculpó con la reina Isabel II tras conocerse que se celebraron dos fiestas en Downing Street la víspera del funeral de su marido, el príncipe Felipe de Edimburgo, además del hecho de que fueron realizadas en pleno confinamiento, informó este viernes 14 de enero un portavoz de ese despacho.

“Es profundamente lamentable que esto haya tenido lugar en un momento de luto nacional y Downing Street se ha disculpado con el Palacio [de Buckingham]”, afirmó el portavoz, precisando que se presentaron las disculpas a través de los canales oficiales.

Esta nueva filtración a la prensa cayó como una bomba para el primer ministro británico, enfrentado a su mayor crisis desde que llegó triunfalmente al poder en 2019 prometiendo llevar a cabo el estancado Brexit.

Y también para la monarca, de 95 años, que el jueves 13 de enero ya había tenido que lidiar con el escándalo provocado por su “hijo predilecto”, el príncipe Andrés, al que privó de sus honores reales ante la amenaza de un juicio civil en Estados Unidos por agresión sexual a una menor.

En una imagen que quedará grabada como símbolo del rigor de los confinamientos en el Reino Unido, el 17 de abril de 2021 se vio a la reina, de riguroso luto, sentada totalmente sola en la capilla del castillo de Windsor durante el funeral del príncipe Felipe, con quien estuvo casada más siete décadas.

Según el diario conservador Daily Telegraph, esa misma madrugada el personal de Downing Street había celebrado por todo lo alto la partida de dos colaboradores: el director de comunicación James Slack, ahora subdirector de The Sun, y un fotógrafo personal de Johnson.

“Es profundamente lamentable que esto haya tenido lugar en un momento de luto nacional y Downing Street se ha disculpado con el palacio”, anunció a los periodistas el viernes un portavoz del primer ministro.

Ira y dolor

Estas dos fiestas, una de las cuales se celebró en un sótano de la sede gubernamental, se acabaron uniendo en los jardines de la residencia oficial, según el Telegraph, diario cercano al poder.

Una persona había sido enviada a un supermercado a comprar botellas de vino que llevó a Downing Street en una maleta, asegura.

En ese momento, las reuniones en el interior estaban prohibidas y solo se permitía a un máximo de seis personas reunirse en exteriores.

En un comunicado, Slack se disculpó “sin reservas por la ira y el dolor causados”, diciendo que asumía “toda la responsabilidad”.

Johnson, de 57 años, no estaba presente y se encontraba, según un portavoz, en Chequers, la residencia de campo de los jefes de gobierno británicos.

No obstante, estas nuevas revelaciones se suman a la ya larga lista de fiestas organizadas en los círculos de poder durante los períodos de confinamiento de los dos últimos años. Muestran, según testigos citados por los medios, una verdadera cultura del consumo de bebidas alcohólicas en Downing Street.

Vacío moral

Muy debilitado en las encuestas, Johnson lucha por conservar las riendas de su partido y del gobierno después de reconocer el miércoles en el Parlamento que asistió a una de estas fiestas durante el confinamiento en mayo de 2020.

En su defensa, afirmó que pensó que se trataba de un “evento laboral”, lo que provocó una mofa generalizada.

Varios diputados conservadores, algunos de los cuales eran hasta hace poco fervientes partidarios del primer ministro, se unieron a la oposición para pedir su dimisión.

Andrew Bridgen fue el último en presentar una carta ante el comité que gestiona el grupo parlamentario del Partido Conservador, denunciando un “vacío moral en el corazón del gobierno” y pidiendo una moción de censura interna contra su líder.

Si se reciben suficientes de estas cartas, el comité tendrá que organizar un nueva primaria para reemplazar a Johnson.

Y aunque la mayoría de su gobierno le ha apoyado, uno de los pesos pesados, el ministro de Finanzas Rishi Sunak, considerado posible candidato a primer ministro, se mostró mucho más reservado.

Mientras tanto, Johnson y sus ministros repiten una y otra vez que hay que esperar a la publicación de conclusiones, en el mejor de los casos la próxima semana, de una investigación interna sobre las presuntas fiestas ilegales encargada a alta funcionaria Sue Gray.

No obstante, el diario The Times adelantaba este viernes que esta no habría encontrado pruebas suficientes de delitos penales.

Las fiestas también indignaron a los familiares de las víctimas de la covid-19. “Que la gente que dirige este país las haga y luego mienta al respecto muestra un desprecio total por los ciudadanos”, fustigó Fran Hall, de la asociación Bereaved Families for Justice.

*Con información de AFP