“El 2023 cerró con 520.085 migrantes que cruzaron la selva de Darién, de estos 120.000 fueron menores de edad”, informó el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá en su cuenta en la red social X.
La travesía de los migrantes a través de la frontera natural entre Colombia y Panamá es una odisea que se extiende a lo largo de 266 kilómetros, abarcando una vasta superficie de 575.000 hectáreas. Este desafiante trayecto, que se prolonga durante un período de tres a seis días, se caracteriza por enfrentamientos con peligros naturales implacables y la constante amenaza representada por las bandas criminales que operan en la región.
A lo largo de este extenso territorio, los migrantes se ven obligados a superar una serie de obstáculos geográficos, desde densos bosques y terrenos accidentados hasta ríos impetuosos y abruptas elevaciones.
En noviembre, la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) dio a conocer una alarmante estadística que arroja luz sobre la cruda realidad que enfrentan los migrantes que cruzan la frontera natural entre Colombia y Panamá. Según sus registros, más de 400 casos de migrantes fueron atendidos por MSF tras ser víctimas de violaciones sexuales durante su travesía. Un dato particularmente desgarrador es que el 97 % de estas víctimas eran mujeres, algunas de ellas tanto jóvenes como niñas, resaltando la vulnerabilidad extrema de las mujeres migrantes en este contexto.
La realidad de estas agresiones sexuales se suma a los ya considerables riesgos y desafíos que los migrantes enfrentan al atravesar la peligrosa selva que separa a Colombia de Panamá. Además de las amenazas naturales, como terrenos accidentados y ríos turbulentos, los datos proporcionados por el Ministerio de Seguridad revelan las nacionalidades más recurrentes entre los migrantes.
Encabezando la lista, se encuentran los venezolanos, con un impactante número de 328.667 individuos que han enfrentado los rigores de esta travesía. Les siguen los ecuatorianos con 57.222, haitianos con 46.558, y ciudadanos chinos con 25.344. También vietnamitas, afganos y de países africanos. Hay gente de todas las edades, incluso bebés de pocas semanas, de acuerdo con los reportes.
La situación ha obligado al Gobierno panameño, junto a organizaciones internacionales, a instalar centros de atención para migrantes en distintos puntos del país. Esta selva se ha convertido en un corredor para los migrantes que, desde Sudamérica, tratan de llegar a Estados Unidos a través de América Central y México.
La extraordinaria cifra de 520.085 migrantes que han atravesado la inhóspita selva del Darién representa un aumento impresionante del 109 % en comparación con el año anterior. Los datos oficiales panameños revelan que este récord eclipsa con creces la cifra de 2022, cuando 248.000 personas se aventuraron a cruzar por la misma ruta desafiante.
Para tratar de contener esta ola migratoria, las autoridades panameñas anunciaron el 9 de septiembre una serie de medidas, como el aumento de las deportaciones de aquellas personas que ingresen de manera irregular al país.
La travesía de miles de migrantes no se limita simplemente al desafío de cruzar la selva; una vez superado este obstáculo natural, su viaje continúa a través de una serie de territorios, enfrentándose a nuevas etapas y desafíos a lo largo del camino. Después de sortear la inhóspita selva, estos migrantes emprenden la travesía por Panamá, dirigidos hacia la frontera con Costa Rica, marcando el comienzo de una travesía que se extiende en Nicaragua, Honduras, Guatemala y México, hasta llegar a la frontera con Estados Unidos.
*Con información de AFP.