Las autoridades de Ucrania reconocieron este viernes, por primera vez, que uno de los últimos ataques con drones contra objetivos en Rusia se orquestó desde territorio ruso y no ucraniano, en concreto una operación lanzada esta semana contra una base aérea de la región de Pskov.
El jefe de la Inteligencia militar ucraniana, Kirilo Budanov, ha confirmado en Telegram que los drones utilizados el martes contra la base de Kristi se lanzaron desde Rusia.
Los servicios de emergencia rusos ya habían reconocido que al menos cuatro aviones habían sufrido daños, cifra que ha confirmado este viernes Budanov, asegurando que se trata de aeronaves de transporte IL-76. Dos de ellos quedaron totalmente destruidos, según la versión ucraniana.
Budanov ha incidido en que Rusia, “el Estado agresor”, utiliza este tipo de aviones para transportar carga y personal en el marco de la ofensiva militar que desarrolla en Ucrania desde febrero de 2022.
Las autoridades rusas han denunciado en los últimos días varios ataques con drones sobre distintas zonas. Aunque en su mayoría se circunscriben a regiones cercanas a la frontera, el radio de alcance se ha ampliado, como lo demuestran el caso de Pskov o los incidentes registrados en la capital, Moscú.
En jaque la educación de los niños por la guerra en Ucrania
Los dos años de pandemia seguidos de la invasión rusa de Ucrania amenazan la educación y la trayectoria escolar de los niños ucranianos, advirtió este martes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La agencia de la ONU subraya que tanto los niños que se quedaron en Ucrania como los que huyeron del país tras la invasión rusa en febrero de 2022 ven su cuarto año escolar perturbado.
En total, el conflicto y el exilio amenazan la educación de 6,7 millones de niños y jóvenes ucranianos de entre 3 y 18 años, denunció Regina de Dominicis, la directora regional de Unicef para Europa y Asia Central.
Los niños de esta exrepública soviética ya muestran señales generalizadas de pérdida de conocimiento, sobre todo en su dominio de la lengua ucraniana, de la lectura y de las matemáticas, advirtió la experta, tras visitar el país.
“En la propia Ucrania continúan los ataques contra escuelas, dejando a los niños profundamente angustiados y privados de lugares seguros para aprender”, apuntó.
“Esto no solo obligó a los niños ucranianos a luchar para progresar en su educación, sino también para no olvidar lo que aprendieron cuando sus escuelas funcionaban de manera normal”, declaró.
Cerca de la mitad de los profesores ucranianos registraron deterioros en el nivel de la lengua, las matemáticas y los idiomas extranjeros, indican los datos citados por el Fondo de Naciones Unidas.
Además, apenas un tercio de los alumnos ucranianos pudieron proseguir con sus estudios de manera 100% presencial. Un tercio lo pudo hacer parcialmente y otro tercio se vio obligado a hacerlo a distancia.
Unicef también resalta que dos tercios de los niños en edad preescolar no asisten a clase. En las zonas cercanas al frente, esta cifra llega al 75%.
El papel de la escuela en tiempos de guerra
Los niños ucranianos que huyeron del país también se ven afectados por la guerra, insiste Unicef.
Más de la mitad de ellos no están inscritos en el sistema escolar del país de acogida, entre otros, por la barrera lingüística, las dificultades de transporte o la falta de lugar en las escuelas locales, advierte el organismo.
Ante esa situación, algunas familias tratan que sus hijos sigan las clases a distancia, pero “algunos niños refugiados podrán haber abandonado completamente sus estudios”, alerta la agencia de la ONU.
“En tiempos de crisis o de guerra, las escuelas implican mucho más que un lugar de enseñanza”, subraya.
Los establecimientos “pueden proporcionar a los niños, que ya se enfrentan a la pérdida, el desplazamiento y la violencia, una sensación de rutina y seguridad, la oportunidad de hacer amigos y recibir ayuda de los profesores”, explica Unicef.
*Con información de Europa Press y AFP