Un tribunal federal de apelaciones de Estados Unidos ha dictaminado que el expresidente Donald Trump no tiene inmunidad derivada de su antiguo cargo que impida que sea juzgado por tratar de revertir los resultados de las elecciones de 2020, lo que da vía libre a uno de los principales frentes judiciales que tiene abierto sobre este tema.
Trump ha basado gran parte de su defensa en que, como presidente, no cabe siquiera que pueda ser examinado por los casos que ha abierto el fiscal especial Jack Smith. Según el antiguo mandatario, sus movimientos entraron dentro de sus competencias oficiales y, por tanto, es inmune.
Sin embargo, el tribunal ha determinado que, en lo que respecta a esta causa, “el expresidente Trump se ha convertido en el ciudadano Trump”. “Cualquier inmunidad ejecutiva que hubiese podido protegerle cuando ejercía de presidente ya no le protege”, han concluido los tres magistrados en una sentencia unánime.
Un portavoz de la campaña electoral del expresidente, Steven Cheung, ha informado en un comunicado que Trump “está en desacuerdo de forma respetuosa con la decisión”, por lo que apelará ante el Supremo “para salvaguardar la Presidencia y la Constitución”, según ha recogido The Hill.
“Si no se le concede inmunidad al presidente, cualquier futuro presidente que deje el Despacho Oval será inmediatamente acusado por el partido opuesto”, ha argumentado, reiterando que sin inmunidad presidencial ninguna Presidencia “podrá funcionar correctamente”.
Asimismo, Cheung ha afirmado que el enjuiciamiento del magnate por parte del “trastornado” fiscal Jack Smith “por sus actos oficiales y presidenciales es inconstitucional según la doctrina de la inmunidad presidencial y la separación de poderes”.
El magnate, que se enfrenta a un total de cuatro cargos por presunto fraude electoral, ya había recibido en diciembre un primer rechazo de una corte de Washington. El juez que se pronunció entonces apuntó que ser presidente no concede automáticamente “un pase de por vida para salir de la cárcel”.
Trump, seguro de ganar nominación republicana en Nevada sin participar en primaria
El rostro del expresidente Donald Trump no estará en la boleta de las primarias republicanas que se realizan este martes en el estado de Nevada. Aun así, ya tiene garantizada la nominación en ese territorio de cara a las presidenciales en Estados Unidos.
Su rival Nikki Haley, la principal candidata republicana registrada en esta elección, debe arrasar en las primarias, dado que es la única candidata de peso en la papeleta. Pero su partido decidió de antemano que ignorará el resultado del comicio, y que solo aceptará como válido el saldo de un caucus -asamblea electoral- que se celebra el jueves.
El confuso sistema es resultado de cambios recientes en este estado del oeste del país, que trató de pasar de caucus a primarias. Sin embargo, los republicanos se negaron a aceptar la modificación y ahora celebrarán ambos procesos.
En Nevada, Trump es el único candidato de peso en el caucus. Esto se debe a que el Partido Republicano decidió que quien compite en las primarias no puede registrarse en la asamblea electoral, lo cual dejó a Haley fuera de la contienda antes de empezar.
Aunque pueden variar en formato, en general los caucus son reuniones celebradas en espacios comunitarios, en los cuales los votantes acuden en persona, escuchan intervenciones de los representantes de los candidatos y depositan en una caja sus votos, que son contados manualmente.
Cuando esos sufragios sean totalizados, el expresidente, que perdió su apuesta por la reelección en 2020, se meterá en el bolsillo otros 26 delegados de cara a la convención republicana de julio -que decide la nominación- y el trámite se dará por concluido sin mayor emoción.