Un simple vistazo a un eclipse solar, como el que se verá en las próximas horas de este 8 de abril en gran parte de Norteamérica, puede provocar una pérdida irreparable de visión, advierten expertos en salud ocular.
Decenas de millones de personas desde México hasta Canadá, pasando por Estados Unidos, serán testigos de un raro fenómeno celestial que no se repetirá en esa parte del mundo hasta 2044: la Luna tapará -en algunos lugares por completo- la luz del Sol.
Los seres humanos no miran normalmente al Sol por la incomodidad que ello provoca, pero, durante los eclipses, algunos “anulan” este instinto, explicó según asegura Aaron Zimmerman, profesor de optometría de la Universidad Estatal de Ohio.
El principal peligro asociado a este fenómeno, según el experto, procede de la “toxicidad fotoquímica”, cuando ondas cortas y potentes de luz azul, violeta y ultravioleta -esta última invisible- desencadenan reacciones químicas que dañan los bastoncillos y conos de la retina, la membrana situada en la parte posterior del ojo que recibe las impresiones luminosas y las transmite al nervio óptico.
El resultado son visitas a los servicios de urgencias de personas que se quejan de visión borrosa, cambios en la percepción de los colores y manchas negras, a veces sin certeza de que vuelvan a la normalidad.
Una importante revista médica recoge el caso de una joven que acudió a una clínica oftalmológica de Nueva York tras haber visto el eclipse de 2017 “varias veces durante unos seis segundos sin gafas protectoras” y luego con ellas puestas.
Unas horas después, comenzó a ver los objetos borrosos y distorsionados, los colores empezaron a cambiar y la paciente informó de la aparición de una mancha negra en el centro de su ojo izquierdo. Los daños observados a nivel celular persistieron por seis semanas.
“Mancha negra”
Según la revista, los adultos jóvenes pueden correr más riesgo debido a que tienen las pupilas más grandes, una estructura ocular más clara o una “percepción más pobre de los peligros” que supone contemplar un eclipse de proporciones.
“En algunos casos, el daño es parcial y puede ser tratado para que deje de ser perceptible”, precisó a la AFP Neil Bressler, profesor de oftalmología de la Universidad Johns Hopkins y redactor jefe de la revista JAMA Ophthalmology. Aunque la recuperación suele durar unos meses, algunos pueden no tener esa suerte.
Para el profesor Bressler, el peligro radica también en saber protegerse antes y después de este particular momento, que puede durar de solo unos segundos a varios minutos, según la posición geográfica en que la persone se encuentre.
“Es absolutamente necesario saber cuándo empieza el eclipse y ponerse las gafas de antemano”, enfatizó. Del mismo modo, si se logra ver sin ellas la fase de eclipse total, hay que saber cuando volver a colocarse la protección en el momento adecuado, “aunque se esté cautivado por el espectáculo”, aseguró.
Lo que no se puede hacer durante el eclipse solar anular
- “No utilices gafas o vidrios obscuros para ver la imagen del Sol, así como papel aluminio, agua o CD´s.
- “Para apreciarlo, NO uses lentes de sol, binoculares, cámaras fotográficas o de video, vidrios ahumados, filtros polarizados, telescopios o películas de color expuestas”.
- Este eclipse solo se debe observar con filtros especiales para evitar daños en la vista.
- “Aun con instrumentos seguros, no lo mires más de 30 segundos”.
Con información de AFP*