Los candidatos presidenciales Luisa González y Daniel Noboa cerraron el jueves sus campañas electorales con actos multitudinarios y vigilados por la fuerza pública de cara al balotaje de Ecuador del domingo, en un contexto de cruenta violencia ligada al narcotráfico.
Rodeados de robustos dispositivos de seguridad, ambos postulantes encabezaron caravanas y mitines en varias ciudades, vistiendo chalecos antibalas sobre camisetas amarillas, el color de la casaca de la selección ecuatoriana de fútbol.
En tarimas, González en la ciudad portuaria de Guayaquil y Noboa en la aldea pesquera de Muey (ambas en el suroeste ecuatoriano) apelaron al apoyo en sus bastiones políticos durante el último día permitido por la autoridad electoral para hacer proselitismo.
Ecuador afronta una guerra por el poder entre bandas del narcotráfico con una tasa de homicidios que se cuadriplicó entre 2018 y 2022, hasta el récord de 26 por cada 100.000 habitantes. Para este año, expertos estiman que esa tasa será de 40.
Seguridad en el centro
Ante varios cientos de simpatizantes, Noboa -de 35 años y autoproclamado de centroizquierda aunque le apoyan fuerzas de derecha- apuntó al apoyo de las nuevas generaciones: “Gracias por creer en este proyecto político, por creer en que la juventud sí puede cambiar a un país”.
El empresario vinculado al sector bananero, quien podría convertirse en el mandatario más joven de la historia ecuatoriana, añadió que la juventud “hoy en día también tiene voz y tiene voto, y los grupos desatendidos también importan” en sus planes de gobierno.
“Vamos a cambiar el país juntos el 15 de octubre”, señaló Noboa, al tiempo que una pantalla gigante a su espalda transmitía el partido en el que Ecuador ganó 2-1 a Bolivia en La Paz, por el clasificatorio sudamericano para el Mundial de 2026.
Casi en paralelo, González, de 45 años y afín al exgobernante socialista Rafael Correa (2007-2017), lideró una reunión de partidarios en un barrio del sur de Guayaquil, núcleo comercial de Ecuador donde Noboa estuvo previamente en su trayecto hacia Muey.
Arriba del tablado, la correísta -que podría emerger como la primera presidenta de Ecuador electa en las urnas- volvió a comprometerse con luchar contra la inseguridad, uno de los principales problemas.
“Fuimos el segundo país más seguro de Latinoamérica” en el Gobierno de Correa, sostuvo la política, quien responsabiliza de los altos índices de violencia a las administraciones de derecha de Lenín Moreno (2017-2021) y Guillermo Lasso (desde mayo de 2021).
La violencia se ensaña contra Ecuador
Casi una decena de políticos han sido asesinados en el último año, entre ellos el candidato presidencial de centro Fernando Villavicencio pocos días antes de la primera vuelta del 20 de agosto.
La violencia también se expresa en las cárceles donde presos de organizaciones rivales se enfrentan en diferentes localidades, en especial de Guayaquil. Desde 2021 los choques dejan unos 460 muertos en masacres, algunas de las cuales figuran entre las peores de la región.
“En unidad vamos a levantar a este Ecuador (...) que clama a gritos por paz, por seguridad, por empleo, por salud, por medicina”, manifestó.
Entre ocho aspirantes, González se impuso con 34% de la votación en la ronda inicial, frente a 23% de Noboa.
El triunfador gobernará hasta mayo de 2025 para completar el actual periodo de cuatro años luego de que Lasso dio paso a comicios generales anticipados al disolver el opositor Congreso en mayo para evadir una posible destitución en un juicio político por presunta corrupción promovido por el correísmo.
*Con información de AFP