Durante los últimos días, las personas cercanas a Edmundo González dijeron por todo lado que el candidato se quedaría en Venezuela y no estaba tramitando ningún asilo político. Se trataba de una estrategia para adelantar de manera discreta una operación compleja que permitiría que el candidato pudiera volar a Madrid. El hecho que haya sido el gobierno de Pedro Sánchez el que le abriera las puertas al líder venezolano tiene un enorme significado.
Por un lado, porque simboliza la soledad internacional en la que quedó Nicolás Maduro tras el robo de las elecciones. Por el otro, porque González llega a un país donde se sentirá en casa, pues allí mismo vive su hija, exiliada también por la dictadura.
“Edmundo González vuela en estos momentos hacia España en un avión de la Fuerza Aérea española”, afirmó el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, desde Omán a los medios que le acompañan en un viaje oficial hacia China. “Ha solicitado también acogerse al derecho de asilo, que por supuesto el gobierno de España va a tramitar y conceder”, agregó en imágenes recogidas por la TV española.
El diplomático de 75 años, que estaba en la clandestinidad desde el 30 de julio, reivindica ser el vencedor de los comicios que, según el Consejo Nacional Electoral (CNE), dieron por reelecto a Maduro.
El opositor partió a España a bordo de un avión de la Fuerza Aérea española, según explicó más tarde Albares, que dijo haber conversado con González Urrutia antes de su despegue. “Le he vuelto a reiterar el compromiso del gobierno de España con los derechos políticos, la libertad de expresión y manifestación y la integridad física de todos los venezolanos”, indicó Albares.
El diario El Mundo reveló detalles desconocidos de ese trayecto que permitió a González estar seguro. “El avión de la Fuerza Aérea Española en el que viaja el abanderado de la mayor coalición opositora de Venezuela ha aterrizado a las 10:29 horas (8:29 GMT) en el aeropuerto portugués de Lajes, en la isla Terceira del archipiélago de las Azores”, detalló.
Agregó que González viajó en “una aeronave militar española, del modelo F900 Dassault Falcon, que había despegado casi seis horas antes del aeropuerto Internacional de Las Américas, en Punta Caucedo, República Dominicana, adonde había llegado desde Venezuela en las horas previas”.
Ese avión lo espero en ese país varias horas.
El presidente Pedro Sánchez se encontraba de camino a China para un visita diplomática. “Durante su escala en Mascaste (Omán), el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha explicado que González Urrutia viaja en un avión de la Fuerza Aérea Española junto a su esposa”, agregó el diario.
Sánchez en ese momento se comunicó inmediatamente con González. “He podido hablar con él y me ha trasladado su agradecimiento. Le he reiterado el compromiso de España con la libertad y los derechos de los venezolanos”, dijo el primer mandatario.
El diario El País cuenta que la operación diplomática lleva trabajándose dos semanas. “España insiste en que ha sido el propio Edmundo el que solicitó el asilo, pero otras fuentes al tanto de las conversaciones sostienen que todo esto ha derivado de una negociación en la que han participado incluso los hermanos Rodríguez, Delcy y Jorge, los operadores políticos más cercanos al presidente, Nicolás Maduro”, sostiene ese periódico.
La versión es negada por España. En El Mundo, aseguran que “el ministro de relaciones exteriores ha querido aclarar que ha sido un contacto de González Urrutia con España, “sin un ofrecimiento previo”. Además, ha asegurado que no ha habido negociación entre gobiernos y que no se ha producido en ningún momento una negociación entre Sánchez y Maduro”.
Lo que sí está claro es que una persona que jugó un papel fundamental: el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.
La justicia venezolana, acusada de servir al chavismo, investiga a Edmundo González por la difusión de copias de las actas electorales en una página web que le atribuyen el triunfo en los comicios. La oposición liderada por María Corina Machado asegura que un sitio web donde digitalizaron actas de escrutinio recopiladas por testigos en centros de votación prueba la victoria de González Urrutia con más del 60 % de los votos.
El gobierno afirma, por su parte, que se trata de un material fraudulento plagado de inconsistencias. González Urrutia carga con una orden de aprehensión y es acusado de “conspiración”, “usurpación de funciones”, “instigación a la rebelión” y “sabotaje”. El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, anunció que hará “importantes declaraciones” en una rueda de prensa este domingo a las 11H00 (15H00 GMT), según la fiscalía.
Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de América Latina han rechazado el desenlace de los comicios y han pedido una verificación de los votos. La proclamación de Maduro, con el 52 % de los votos, desencadenó protestas en todo el país que registran 27 muertos, 192 heridos y 2.400 detenidos, entre ellos más de un centenar de menores de edad, aunque 86 adolescentes ya han sido excarcelados bajo medidas cautelares.
El mandatario responsabiliza de la violencia a Machado, también en la clandestinidad, y a González Urrutia y ha pedido cárcel para ambos. La salida de González Urrutia opacó el pulso el sábado entre Venezuela y Brasil sobre el permiso otorgado al gobierno brasileño para representar a la embajada de Argentina en Caracas, donde permanecen refugiados seis colaboradores de la oposición desde marzo. Caracas revocó “de manera inmediata” la autorización otorgada a Brasil para representar a Argentina en el país, tras la ruptura de relaciones con Buenos Aires y varios países de la región que cuestionaron la reelección de Maduro.
*Con información de AFP.