Cuando el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que Édouard Philippe sería su primer ministro la sorpresa se apoderó de la clase política francesa. A sus 46 años, el diputado y alcalde de la ciudad costera de El Havre y miembro del Partido Republicano fue nombrado como el miembro más importante del gabinete del nuevo presidente y es también el más inesperado de la historia reciente de Francia.Con un país todavía perturbado por una elección presidencial marcada por el histórico resultado de la extrema derecha y la eliminación, también histórica, de los candidatos de los partidos tradicionales, la elección de Philippe representaba una apuesta clara por parte del nuevo presidente de conseguir el apoyo de la derecha moderada para hacerse con una mayoría en las elecciones legislativas.Puede leer: Macron inicia su mandato con el objetivo de relanzar el proyecto europeoPero la vida de Édouard Philippe, de 46 años, no siempre estuvo ligada a las políticas republicanas de derecha. El nuevo primer ministro nació en Rouen en el seno de una familia de profesores y en un entorno “más bien de izquierdas, en donde se votaba socialista”, como recordaba en 2016 en un homenaje por la muerte de uno de sus grandes referentes y responsable de su entrada en la política, el carismático socialista Michel Rocard.La influencia de Rocard fue clave para que Philippe, entonces estudiante de una de las escuelas de la élite francesa, Sciences Po (en referencia a Ciencias Políticas) se metiera de lleno en la política, pero desde el socialismo francés. Sin embargo su aventura en la izquierda duró apenas dos años y luego optó por enfocar su mirada hacia la derecha.A la sombra del político Alain Juppé, juntos crearon Unión por un Movimiento Popular (UMP), un partido de derecha católica moderada a principios de los años 2000 y trabajó en su equipo hasta 2004, cuando Juppé fue condenado a 18 meses de prisión condicional por un escándalo de empleos ficticios. Philippe se pasó entonces al sector privado y volvería con Juppé en 2007 para formar parte de su gabinete como ministro de Ecología, bajo la presidencia de Sarkozy.La relación de Juppe y Philippe tomaría un nuevo impulso de cara a las elecciones presidenciales de 2018, cuando su mentor anunció que buscaría oficialmente la presidencia de la República. Sin embargo, Juppé perdió las primarias y el hoy primer ministro tuvo que apoyar al candidato de su partido François Fillon.Por esta razón, el cambio para este político de Los Republicanos, amante del rock y de Star Wars, el cambio va a ser mayor. Hoy es el primer ministro de un jefe de Estado que hace dos meses no punteaba en las encuestas y a quien ni siquiera apoyó en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. La decisión de aceptar el puesto ya le ha significado críticas no solo de la ultraderecha o la izquierda, sino también dentro de su propio partido.Le recomendamos: Macron, retos de un aprendizLa llegada de Philippe al cargo de Primer Ministro no es una coincidencia. Según diferentes medios especializados en Francia, la jugada es una apuesta hacia las elecciones legislativas de junio, en las que Macron se jugará su gobernabilidad.La edad, la formación y los referentes políticos no es lo único que acerca a Macron con su nuevo primer ministro. “Me gusta mucho a título personal, lo estimo por su inteligencia”, decía Philippe en 2015, cuando la posibilidad de que Macron llegará a Versalles era apenas una ilusión. Un año más tarde, iba más allá y afirmaba: “Macron piensa en un 90% lo mismo que yo”.Además de ese 90% del ideario que Philippe dice compartir con el nuevo presidente de Francia, ambos presumen pertenecer a ese nuevo perfil romántico y literario vinculado a la nueva política francesa.El primer ministro, amante del boxeo y de Star Wars, ha publicado dos novelas de intriga política y sexual, "La hora de la verdad", en 2007, junto al antiguo director de gabinete de Juppé y "En la sombra", en 2011, una novela política. No obstante, su obra ha sido criticada fuertemente por grupos defensores de los derechos de la mujer, pues lo acusan de ser un escritor con tendencia a la misoginia y el cinismo.Decisión individualEl nombramiento de Philippe provocó una lluvia de reacciones en la clase política francesa, perturbada por una elección presidencial marcada por el histórico resultado de la extrema derecha y la eliminación, también histórica, de los candidatos de la derecha y la izquierda socialista en la primera vuelta.El secretario general de Los Republicanos, Bernard Accoyer, evocó "una decisión individual" del nuevo primer ministro y no "un acuerdo político".Alain Juppé estimó que su exprotegido tiene "todas las calidades" para el cargo, pero reafirmó su apoyo a los candidatos de la derecha para las legislativas.Puede leer: ¿Será suficiente el triunfo de Macron para frenar el avance de la derecha radical en el mundo?"La derecha acaba de ser anexada", estimó por su parte el tribuno de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, que obtuvo casi 20% de los votos en la primera vuelta de las presidenciales y que apunta ahora a imponerse en las legislativas.Para la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, el nombramiento "confirma" que no hay una clara separación entre los socialistas y la derecha en Francia a la hora de gobernar.