Estados Unidos aprobó la liberación de cinco detenidos de la prisión militar de Guantánamo, donde aún permanecen recluidos 39 presos sospechosos de ser cómplices de grupos terroristas como Al Qaeda, según documentos oficiales del Pentágono consultados este miércoles 12 de enero.
Los yemeníes Mouaz Hamza al-Alaoui, Souheil al-Charabi y Omar al-Rammah; el somalí Guled Hassan Duran y el keniano Mohammed Abdul Malik Bajabu, recibieron sus comprobantes de alta a fines de 2021, según nuevos documentos difundidos esta semana por la Comisión de Revisión de Guantánamo.
La autorización de su liberación eleva a 18 el número de detenidos que podrían dejar esta cárcel si Estados Unidos les encuentra un destino, lo que podría retrasar su liberación porque Washington no repatria a los exprisioneros a Yemen, país preso de una violenta guerra civil, ni a Somalia, otra nación en crisis.
Expertos independientes que trabajan para Naciones Unidas instaron esta semana a Estados Unidos a cerrar su prisión militar en Guantánamo, lugar de “incesantes violaciones de los derechos humanos”.
La prisión recibió especial atención de la comunidad internacional luego de que se filtraran imágenes en las que se muestran violaciones a derechos humanos y torturas contra los presos allí recluidos. El material publicado a través del portal Wikileaks generó un nuevo debate alrededor del cierre de la prisión.
A las pruebas de tortura y violación de derechos humanos al interior del recinto, se suman acusaciones por la detención injusta y arbitraria de cualquier persona sospechosa de terrorismo. Estos detenidos eran, en su mayoría, provenientes de Medio Oriente.
El presidente Barack Obama prometió, en campaña y luego en oficina, cerrar por completo la infame prisión. Sin embargo, y a pesar de varios intentos, el exmandatario estadounidense no pudo llevar acabo su promesa.
El centro de detención, inaugurado como parte de la “guerra contra el terror” hace apenas 20 años, tras los ataques yihadistas del 11 de septiembre, aún alberga a 39 detenidos.
Diez de ellos, incluido el presunto autor intelectual de los ataques del 11 de septiembre, Jalid Sheij Mohammed, están a la espera de ser juzgados por una comisión militar, que ha emitido solo dos condenas en dos décadas.
Dos han sido sentenciados y otros nueve esperan su liberación. El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo que la administración estadounidense “sigue comprometida con el cierre de la prisión de la Bahía de Guantánamo”.
Este compromiso de cierre de la prisión se suma a una serie de promesas realizadas por el actual gobierno, que giran en torno a su compromiso por defender los Derechos Humanos. Entre estas promesas se encuentra la de brindar a los migrantes que entran a los Estados Unidos un trato más humano.
El cierre de la prisión es un tema de gran controversia debido a la existencia de varios obstáculos de carácter político y legal.
Entre estos obstáculos se encuentra la resistencia de algunos miembros más conservadores del congreso, quienes consideran que la lucha contra el terrorismo debe seguir siendo el objetivo número uno de la política de seguridad de los Estados Unidos.
Al interior del congreso también hay una fuerte oposición a que se trasladen los presos de Guantánamo a prisiones de máxima seguridad en territorio estadounidense, algo para lo que el congreso no quiere asignar presupuesto.
A este argumento se suma el de la posibilidad de que los presos trasladados a cárceles en suelo estadounidense o liberados por completo puedan representar, a largo plazo, un problema de seguridad nacional.
Se encuentra también la cuestión de si estos presos deben ser juzgados por la justicia ordinaria, como sucedería en el caso del cierre de la prisión, o si deben seguir acogidos por la justicia militar a la que su situación legal los somete.
*Con información de AFP