El Departamento de Justicia estadounidense anunció el miércoles que Twitter pagará una multa de 150 millones de dólares como parte de un acuerdo para resolver la demanda que alega que la plataforma facilitó el numero de teléfono de sus usuarios a anunciantes.
La Comisión Federal de Comercio y el Departamento de Justicia acusaron a Twitter de tomar los números telefónicos y direcciones de correo, provistos por los usuarios para aumentar la seguridad de su cuenta y de dejar a los anunciantes usar estos datos para monetizar.
En este sentido, para Elon Musk, quien continúa avanzando en la compra de la red social, la seguridad de los datos de sus usuarios y la privacidad de los mismos es una prioridad.
¿Cómo será el Twitter en manos de Elon Musk?
Elon Musk, el magnate de Tesla, se convirtió hace unas semanas en el mayor accionista de la red social Twitter. No contento con eso, y luego de intensas negociaciones con la junta directiva de la organización, Musk ofreció la exorbitante suma de 44.000 millones de dólares para adquirir la totalidad de la compañía.
Y es que para Musk la compra de esta red social no es simplemente una inversión. El magnate se ha lanzado en una cruzada que busca la defensa de la libertad de expresión.
La principal intención de Musk es la de reformar las normas de comunidad de Twitter –que cada vez son más estrictas– para permitir que todo el mundo pueda opinar sobre aquellos asuntos que considera importantes sin temer a la censura.
La pregunta es, entonces, ¿cómo funcionaría Twitter en manos de Musk?
En un mensaje compartido en la misma red social, el magnate afirmó que “la libertad de expresión es la base para que una democracia funcione, y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”.
Y es que esta plataforma se ha convertido, en los últimos años, en una especie de campo de batalla en el que tanto políticos de alto perfil como sus seguidores envían mensajes, lanzan ataques y opinan sobre temas de importancia política de manera diaria. Así, el primer paso “para que Twitter merezca la confianza del público es que debe ser políticamente neutral, lo que, efectivamente, significa molestar a la extrema derecha y a la extrema izquierda por igual”, dijo el magnate.
De la mano con su combate a la censura, Musk busca atacar también la desinformación presente en la red social y que tiene como causa principal la existencia de cuentas falsas o troll, que se encargan de difundir mensajes engañosos de manera masiva y que son controladas por computadoras.
El magnate busca combatir este problema “haciendo que los algoritmos sean de código abierto para aumentar la confianza, derrotando a los bots de spam y autentificando a todos los humanos”, según compartió en su cuenta de Twitter. Hacer de Twitter una red social de código abierto supone que cualquier persona que tenga conocimientos sobre programación, puede participar en la creación de herramientas y soluciones colectivas a los problemas de la aplicación.
Así, para combatir a las cuentas falsas, Musk espera contar con la ayuda de desarrolladores en todo el mundo y con un sistema de verdadera autenticación del usuario. Este tema de las cuentas falsas, sin embargo, ha sacudido el proceso de compra de la compañía. En los últimos días, el magnate anunció la suspensión parcial del proceso de compra de Twitter hasta que se confirme que “las cuentas falsas/spam representan menos del 5 % de los usuarios”.
El problema de las cuentas falsas va tan hondo en la red social, que desde 2017 la compañía no puede verificar cuántos de estos perfiles circulan por su red. Es decir, Twitter no puede dar un número exacto, y mucho menos una garantía o porcentaje, sobre la cantidad existente de este tipo de cuentas, las cuales constituyen uno de los principales problemas de Twitter para Musk.
Sin embargo, si el magnate quiere retirar por completo la oferta de compra, deberá pagar una multa de 2.000 millones de dólares. También se especula que esto es una estrategia de negociación que le permitiría a Musk pedir un precio más bajo por la compañía. En temas administrativos también hay reformas planeadas.