La Casa Blanca negó el lunes que Estados Unidos esté discutiendo actualmente la importación de petróleo de Venezuela, desestimando especulaciones de que Washington podría buscar ayuda en Caracas para paliar la escasez de suministros.
La administración de Joe Biden está buscando formas de aliviar la presión sobre los precios del petróleo agudizada por la guerra desatada por Rusia contra Ucrania.
Pero la Casa Blanca descartó que, tras prohibir la importación de crudo ruso, la compra de petróleo de Venezuela sea un asunto en discusión.
“No es una conversación activa en este momento”, dijo en rueda de prensa la portavoz Jen Psaki.
Estados Unidos y Venezuela rompieron relaciones diplomáticas hace tres años, luego de que el mandatario Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, asumiera un segundo período tras elecciones consideradas fraudulentas por la oposición y medio centenar de países.
Washington impuso entonces una batería de sanciones para forzar la salida de Maduro, incluido un embargo de facto al petróleo venezolano que rige desde abril de 2019.
Las especulaciones sobre un posible deshielo entre Estados Unidos y Venezuela crecieron luego de la liberación el martes 8 de marzo de dos estadounidenses detenidos en Venezuela: Gustavo Cárdenas y Jorge Alberto Fernández.
Cárdenas es uno de los llamados “Citgo 6″, seis exejecutivos de la filial estadounidense de la petrolera estatal venezolana PDVSA detenidos en Venezuela en 2017 acusados de corrupción. Fernández es un cubano-estadounidense arrestado a principios de 2021 en el estado Táchira (fronterizo con Colombia) y acusado de “terrorismo”.
Ambos fueron liberados luego de que el sábado 5 de marzo viajaran a Caracas altos funcionarios estadounidenses, incluido el asesor para las Américas en el Consejo de Seguridad Nacional de Biden, Juan González; el embajador de Estados Unidos en Venezuela (basado en Bogotá), Jimmy Story, y el enviado especial presidencial para asuntos de rehenes, Roger Carstens.
“Pasos concretos”
Psaki confirmó el lunes 7 los reportes de prensa sobre la reunión con el gobierno de Maduro y señaló que el tema de la energía estuvo sobre la mesa.
“El propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración fue discutir una variedad de temas, incluida, ciertamente, la seguridad energética, pero también discutir la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses detenidos”, declaró Psaki a periodistas.
Influyentes senadores, como el demócrata Bob Menéndez y el republicano Marco Rubio, se opusieron enérgicamente a la posibilidad de que la administración de Joe Biden reanude la compra de petróleo a la Venezuela gobernada por el “dictador” Maduro.
Además de ser investigado por crímenes de lesa humanidad, Maduro fue inculpado por la justicia de Estados Unidos de “narcoterrorismo” en marzo de 2020, y las autoridades estadounidenses ofrecen por él una recompensa de 15 millones de dólares.
Consultado el domingo sobre si la administración Biden seguía buscando “algún compromiso diplomático con Venezuela que pondría más petróleo en el mercado”, el consejero de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, se limitó a resaltar la liberación de los dos ciudadanos estadounidenses.
“Cualquier alivio de sanciones que proporcionemos, como fue cierto en la última administración y es cierto en esta administración, tiene que estar ligado a los pasos concretos que tomen Maduro y las personas que lo rodean”, agregó en declaraciones a la cadena NBC.
González recalcó públicamente la semana pasada que el viaje a Caracas tenía como principal objetivo la puesta en libertad de los estadounidenses detenidos y la reanudación del diálogo de Maduro con la oposición con miras a restablecer el orden democrático en Venezuela. Las conversaciones, lanzadas en México en agosto, fueron suspendidas por Maduro en octubre.
La visita del sábado 5 de marzo fue la primera de un alto funcionario de la Casa Blanca a Caracas desde finales de los años 1990, según dijo a periodistas un responsable de la administración Biden.
*Con información de la AFP.