Efectivos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han entrado este jueves en las instalaciones del Hospital Naser de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, después de varias semanas de asedio y pese a los avisos del personal que trabaja en el centro y de las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos.
Las FDI ha confirmado la incursión, “precisa y limitada”, en palabras de un portavoz, y la detención de varios sospechosos, en un comunicado en el que han alegado que intentaron evacuar el centro para evitar efectos colaterales. Asimismo, ha sostenido que los efectivos cuentan con formación específica para este tipo de operaciones y tienen orden de prevenir daños sobre civiles.
El Ejército, que dice respetar el Derecho Internacional, ha justificado este tipo de intervenciones ante la voluntad de los milicianos de Hamás de ocultarse de forma “sistemática” en edificios civiles, como podrían ser hospitales y escuelas.
Un portavoz ha explicado que disponen de información “creíble” sobre la supuesta ocultación de rehenes dentro del hospital, donde también podrían estar los cadáveres de varias personas secuestradas en los atentados del 7 de octubre.
“Les perseguiremos sin importar dónde se escondan”, ha advertido, alegando que “más del 85 por ciento de las instalaciones médicas de Gaza” están ahora al servicio de Hamás para “operaciones terroristas”. En el caso del Hospital Naser, el portavoz ha señalado que el objetivo es que “siga con sus importantes funciones de tratar a pacientes gazatíes”.
“Así lo comunicamos en varias conversaciones con el personal del hospital en los últimos días, enfatizando que no es obligatorio de que los pacientes o los trabajadores evacuen. Sin embargo, sí pedimos a otros gazatíes en árabe, por teléfono y mediante altavoces, que escapasen de la situación de peligro en la que les había puesto Hamás”, ha agregado.
Las autoridades israelíes han asegurado que habían establecido un corredor seguro para evacuar a los civiles del Hospital Naser, algo que el miércoles negó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, que dio la voz de “alarma” ante la inminente incursión.
El Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza, vinculado a Hamás, también había denunciado una “situación catastrófica” en el interior de las instalaciones tras más de tres semanas de asedio militar.
Por su parte, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), presente en el hospital, ha denunciado una “situación caótica”, hasta el punto de que uno de sus trabajadores está en paradero desconocido y otro ha sido detenido en los puestos de control establecidos por el Ejército israelí en las inmediaciones.
La organización ha acusado a las autoridades israelíes de incumplir sus promesas, de bombardear de madrugada el centro, pese a que habían prometido a pacientes y médicos que podían quedarse dentro y no evacuar. En este sentido, ha confirmado que el personal de MSF se ha visto obligado también a irse.
MSF ha pedido “que se ponga fin inmediatamente a este ataque”, ya que “pone en peligro al personal médico y a los pacientes que siguen atrapados en el interior de las instalaciones”.