El general Min Aung Hliang, el de más alto rango dentro del Ejército de Birmania, afirmó este martes que se vieron obligados a tomar el poder debido al “fraude” en las elecciones del año pasado, una afirmación que el regulador electoral del país rechazó.
“A pesar de las reiteradas peticiones, este camino fue elegido inevitablemente para el país. Hasta que se forme el próximo gobierno después de las próximas elecciones, tenemos que dirigir el país”, dijo Hliang el martes.
Y añadió: “Durante el estado de emergencia, las elecciones y la lucha contra la covid-19 son prioridades establecidas”.
La declaración de Hliang se dio mientras los militares ponían vehículos blindados y tropas en las calles de la capital del país, Naipyidó, donde se cree que la líder elegida popularmente el año pasado, Aung San Suu Kyi, se encuentra arrestada.
La Junta Militar se tomó el país pese a las repetidas amenazas de los líderes mundiales, entre ellos el de Estados Unidos, Joe Biden, con imponer sanciones al país.
Sin embargo, China afirmó que no se trataba de un golpe de Estado, sino que lo calificó, en medios de comunicación estatales, como un “cambio de gabinete”.
Este martes se conoció que los políticos que no están bajo arresto domiciliario se encuentran retenidos en un dormitorio parlamentario en Naipyidó, que ha sido puesto bajo vigilancia y ha sido descrito como un “centro de detención al aire libre”.
“No se nos permite salir”, dijo a la AFP por teléfono una miembro del partido de Suu Kyi, solicitando el anonimato por temor a los militares. Estamos muy preocupados”.
Suu Kyi y el presidente Win Myint permanecen bajo arresto domiciliario, dijo la legisladora a la AFP, aunque no estaba claro dónde estaban detenidos.
“Nos han dicho que no nos preocupemos. Sin embargo, estamos preocupados. Sería un alivio si pudiéramos ver fotos de ellos en casa”, dijo.
Los militares justificaron su toma del poder alegando un fraude generalizado en las elecciones celebradas hace tres meses, que la LND (el partido de Aung San Suu Kyi) ganó de forma aplastante.
Los militares anunciaron el lunes que mantendrían el poder bajo el estado de emergencia durante 12 meses, afirmando que entonces celebrarían nuevas elecciones.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos y quien ha sido el principal crítico de la toma del poder por parte de los militares, ha pedido una rápida restauración de la democracia y advirtió que Washington podría volver a imponer sanciones.
“La comunidad internacional debe unirse en una sola voz para presionar a los militares birmanos para que abandonen inmediatamente el poder que han tomado”, dijo Biden.
Estados Unidos nunca ha reconocido oficialmente el nombre de Myanmar (Birmania) porque fue cambiado por los militares en 1989 en un proceso no democrático.
“Estados Unidos toma nota de los que apoyan al pueblo de Birmania en esta difícil hora”, añadió Biden.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, la Unión Europea y Australia fueron algunos de los que condenaron el golpe. Gran Bretaña convocó al enviado de Birmania como protesta formal.
Además, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas programó una reunión de emergencia sobre la situación para el martes.
Las elecciones
Las elecciones de noviembre en Birmania fueron solo las segundas elecciones democráticas que ha vivido el país desde que salió del dominio militar de 49 años en 2011.
En los comicios, la LND de Suu Kyi obtuvo más del 80 % de los votos en noviembre, aumentando su apoyo respecto a las elecciones de 2015. Sin embargo, los militares afirmaron haber descubierto más de diez millones de casos de fraude electoral.
Suu Kyi, de 75 años, es una figura inmensamente popular en Birmania por su oposición a los militares –que le valió el Premio Nobel de la Paz– tras haber pasado la mayor parte de dos décadas bajo arresto domiciliario durante la anterior dictadura.