Poco a poco se conocen detalles de la estremecedora masacre de un cartel mexicano en la que murieron nueve personas en el estado de Sonora, frontera con los Estados Unidos. En este repudiable acto fueron asesinados seis menores y tres mujeres por hombres armados que dispararon contra las camionetas en las que viajaba la familia el pasado lunes. La familia se dirigió a México para asistir a un matrimonio en LeBaron, una comunidad mormona en el estado de Chihuahua cuando fueron interceptados por miembros de un cartel que habrían creído que los viajeros eran miembros de una banda rival. Ocho niños sobrevivieron y se encuentran en condición estable en un hospital de Arizona, informó el martes un miembro de la familia extendida de las víctimas. Entre los supervivientes está Faith, una bebé de 7 meses que se salvó gracias a su madre.

Christina Marie Langford Johnson, la mamá de la pequeña, alcanzó a esconder  a su hija en el piso de la camioneta antes de que se desatara la balacera y de esta manera la salvó de ser alcanzada por la ráfaga de disparos. Previo al tiroteo, la mujer se bajó del vehículo y pidió clemencia a los atacantes, pero ellos respondieron disparando sin importar el ruego. Christina Marie murió por un balazo en el pecho, al igual que a Dawna Ray Langford, que estaba a su lado. Mientras tanto, cuatro niños alcanzaron a escapar de esta camioneta y no fueron alcanzados por los disparos de los atacantes pero otros seis no pudieron salvarse. Uno de los sobrevivientes recibió un disparo en la quijada y requerirá de cirugía plástica mayor, dijo un familiar. Por su parte, Faith estaba en la camioneta y se salvó de que alguna bala la impactara gracias al refugio que le dio su madre con uno de sus últimos actos de su vida. La familia prevé que los niños sean trasladados el miércoles a Phoenix desde del hospital de Tucson en el que se encuentran internados, añadió. Según el relato de uno de los sobrevivientes, luego de la muerte de las mujeres, los disparos alcanzaron la camioneta en la que iban Rhonita Maria Miller, de 30 años y su hijos, Howard Jacob Miller (12 años), Krystal Bellaine Miller (diez años) y los gemelos Titus Alvin Miller y Tiana Gricel Miller (ocho meses). Este vehículo terminó calcinado y se maneja la tesis de que una de las balas alcanzó el tanque de gasolina propagando un incendio. Los sicarios luego fueron al vehículo en el que estaba Faith pero creyeron que estaba vacío. De ahí ya habían escapado cuatro niños gracias al rápido actuar de Devin (13 años), quien les pidió que se escondieran un unos matorrales mientras iba por ayuda a un rancho de sus familiares a 15 kilómetros de distancia. Mackenzie (9 años), decidió ir al rancho también, pues Devin no regresaba. Pese a una lesión en el brazo, la niña fue a buscar ayuda para los demás niños que se encontraban heridos de bala y sangrando. Pese a que se dio por desaparecida luego fue encontrada con vida. Los miembros de la familia que fueron asesinados en una emboscada del crimen organizado en el norte de México amaban a sus hijos y disfrutaban de una vida tranquila basada en el cultivo de nueces, dijo Austin Cloes, familiar de las víctimas. Cloes vio a las víctimas durante una reunión familiar en México hace unos meses. A la que mejor conocía era a su prima Dawna Ray Langford, a la que describió como una mujer atenta y cariñosa que se enorgullecía de sus hijos, dijo el martes en una entrevista desde su casa en un suburbio de Salt Lake City. Hasta ahora solo se ha producido una captura relacionada con el caso.