Desde que arrancó a ser alguien relevante en la esfera pública, Elon Musk ha sido una figura que no ha podido escapar de los cuestionamientos y las polémicas de la ciudadanía en general, pero aun así logró formar la imagen de un magnate innovador tecnológico que está dispuesto a llevar al límite a sus empresas con tal de que alcancen el siguiente nivel científico, como pasó en Tesla y SpaceX.

Sin embargo, toda esa imagen se ha visto comprometida con su adquisición de Twitter. Allí ha venido arrastrando una serie de duras críticas y fallos en la administración de la red social, en la que ha intentado innovar, pero se ha encontrado con un muro que muestra que el manejo de la compañía no es tan fácil como llegó a pensar cuando la compró.

Y es que todo inició muy mal para Musk y Twitter, incluso desde antes de que la compra se volviera realidad, ya que en un momento, el empresario intentó retirarse del trato alegando que los anteriores dueños de la red social habían incumplido el acuerdo de tomar medidas contra los bots y que estos eran muchos más de los que el magnate había pensado en primer momento.

La amenaza de una multimillonaria multa y una serie de arreglos llevaron a que la compra de Twitter por parte de Elon Musk finalmente se concretara y, desde el primer día, él prometió cambios importantes, todo en nombre de estar defendiendo la libertad de expresión y de llevar a la red social a un nivel mucho más alto que el que había tenido durante años.

Con la operación ya cerrada, Musk hizo su primera decisión polémica al mando de la empresa y fue despedir a los altos ejecutivos de Twitter. Arrancó la purga por el director ejecutivo Parag Agrawal, quien llevó al nuevo dueño de la red social a los tribunales para obligarlo a cumplir los términos de la compra de la empresa, alegando que habría tratado de escapar. Así mismo, el director financiero, Ned Segal, fue despedido y otros altos ejecutivos de la firma. En medio de la decisión, Musk publicó un trino al respecto: “El pájaro ha sido liberado”.

Los despidos del multimillonario no se limitaron a los directivos. También cobijaron a empleados rasos. Muchos fueron echados durante las últimas semanas con el argumento de que son prescindibles para la operación de la red social. Se dice que la reducción de la nómina llegará hasta 3.700 personas que no seguirán en Twitter, casi la mitad de toda la planta de la empresa.

De hecho, parece que a Musk se le fue la mano en los despidos y en varios casos ya ha demostrado su arrepentimiento. Por ejemplo, esta semana que pasó, se vio obligado a volver a contratar a dos desarrolladores contra quienes había arremetido en su cuenta personal para justificar su despido. Es más, a uno lo echó por medio de un tuit, pero luego reconoció su error al volverlos a llevar a la empresa. “Es importante admitir cuando me equivoco y despedirlos fue realmente uno de mis mayores errores”, dijo en Twitter.

Pero el fallo más grande fue con la idea más radical posible de parte del nuevo dueño de la red social: la implementación de Twitter Blue, un mecanismo de suscripción por el cual cada persona puede pagar ocho dólares al mes para que su cuenta sea verificada con el símbolo azul junto al nombre del portador, algo que fue duramente criticado, ya que desde antes de su implementación los usuarios habían asegurado que dicha idea no tenía sentido y que podría prestarse para confusiones.

Y la profecía de los usuarios se hizo realidad cuando por fin Musk implementó el Twitter Blue y cientos de personas pagaron los ocho dólares para suplantar a usuarios famosos o a empresas reconocidas para hacer falsos anuncios. Todo terminó en un caos, varias compañías registraron bajas en los precios de sus acciones, demandas contra la red social y miles de reacciones negativas contra el magnate.

Tras solo un par de horas de operación, la red social tuvo que suspender temporalmente el programa de Twitter Blue, lo que ratificó el desastre. Musk prometió que el nuevo sistema volvería con los errores ya corregidos y con una implementación distinta en la cual las cuentas oficiales tendrán otra verificación que las catalogue como tal, algo que también fue calificado como inútil, ya que es una medida que ya cumplía el anterior método.

Por ahora, Twitter Blue solo está disponible en Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido, además de funcionar exclusivamente para el sistema operativo iOS, aunque la red social ya ha revelado que planea expandirlo a otras plataformas y países. Inicialmente el reestreno iba a ser el 29 de noviembre, pero el mismo Musk anunció que esto se vería retrasado sin dar una fecha específica para la vuelta del polémico sistema de verificación.

La otra gran polémica en la que Elon Musk se inmiscuyó por cuenta de Twitter fue el restablecimiento de cuentas suspendidas, algo que validó a través de una encuesta en su cuenta personal. Esto dio el inicio para que varias personalidades políticas que habían sido expulsadas de la red social volvieran a pesar de las duras motivaciones que llevaron a su retiro permanente por parte de la antigua administración.

Elon Musk interviene en la Conferencia y Exposición SATELLITE el 9 de marzo de 2020, en Washington. (AP Foto/Susan Walsh, Archivo) | Foto: Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved.

Por ejemplo, el caso más llamativo fue el del exmandatario de los Estados Unidos Donald Trump, quien en 2020 vio cómo su cuenta fue suspendida permanentemente tras publicar una serie de noticias falsas que alegaban que su rival político Joe Biden había cometido fraude para ganar la elección presidencial, algo que nunca pudo probar, pero que terminó con la violenta toma del Capitolio que le costó la vida a cinco personas.

En la tarde del jueves, Musk dio un anuncio al respecto contando que el caso del expresidente republicano no será el único y las cuentas suspendidas permanentemente volverán a funcionar, todo bajo su discurso de la libertad de expresión y de que Twitter “es una plaza pública digital esencial para la democracia en el mundo”, según dice él, pero eso no lo libra de preocupaciones y críticas de los usuarios.

Además de Trump, reinstauraron la cuenta de la congresista republicana Marjorie Taylor Greene, que había sido suspendida por publicar información falsa sobre la pandemia del coronavirus. La amnistía del director de Twitter podría darles cabida a personas que han usado la desinformación como herramienta política. Aun así, prohibieron la vuelta al teórico de la conspiración Alex Jones, quien difundió falsas teorías sobre la masacre en la escuela Sandy Hook. “No tengo piedad de nadie que use la muerte de niños para ganar dinero, política o fama”, dijo Musk.

Por ahora, el inicio de Elon Musk ha sido bastante atropellado, pero la mayor preocupación del magnate es evitar que se desdibuje su imagen de empresario exitoso, frío, calculador y sin fallas en sus negocios, precisamente lo que no ha hecho desde que tomó el mando de Twitter.