Este fin de semana, a través de una rueda de prensa brindada desde la casa presidencial, la Secretaría de Seguridad de Honduras, a través de miembros del cuerpo de la Policía Nacional, entregó los primeros detalles sobre el avance de las investigaciones desplegadas desde el pasado jueves para esclarecer los hechos que rodearon la masacre de cuatro personas a la salida de un establecimiento de entretenimiento nocturno en la ciudad de Tegucigalpa, y que tiene dentro de sus víctimas mortales a un hijo del expresidente de ese país, Porfirio Lobo Sosa.
De acuerdo con lo revelado por el director de la Policía de Honduras, Gustavo Sánchez, las primeras pruebas recabadas en torno al crimen han permitido determinar que sí se trató de un caso de asesinato selectivo y que este tenía como blanco principal al hijo del exmandatario hondureño, un joven de 23 años, identificado como Said Lobo.
En el hecho, perpetrado a primeras horas del pasado jueves, también fueron asesinados otros tres jóvenes, entre los que se cuenta también el sobrino de un exmilitar, Romeo Vásquez Velásquez, quien otrora se desempeñó como jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, y quien tras la noticia del asesinato de su sobrino afirmó que “la delincuencia le está ganando a las instituciones del Estado”.
Entre los detalles de las investigaciones que adelanta la Policía Nacional de Honduras, el director Sánchez también apuntó: “Hemos logrado establecer la participación de al menos 11 personas, de las cuales tenemos capturadas seis″. Afirmó, además, que gracias a las pruebas recaudadas y al nuevo material probatorio recogido durante las acciones de allanamiento que han permitido la aprehensión de varios de los criminales relacionados con la masacre, “estamos en la capacidad de decir que esta operación fue realizada por la estructura criminal MS13″.
En el informe entregado en rueda de prensa, y presentado también a través de las redes sociales a través de un comunicado por parte de la Policía Nacional de Honduras, se detalló que entre los capturados se encuentra una persona que se hacía pasar como oficial del cuerpo policial de ese país.
La investigación, solicitada de manera especial por la presidenta de Honduras, Xiomara Castro de Zelaya, también ha permitido la incautación de dos armas de fuego empleadas durante la brutal masacre (que además quedó registrada a través de las cámaras de seguridad del establecimiento nocturno en que habían departido Said Lobo y sus acompañantes), así como un total de catorce celulares, y un vehículo usado para el transporte de los criminales.
Sobre la camioneta incautada, la Policía de Honduras detalló que se trata de un vehículo marca Volkswagen Amarok, color negro, que se convierte en pieza clave de la investigación, más si se tiene en cuenta que en ella se han practicado pruebas dactiloscópicas que se aúnan a otras evidencias en la diana de avanzar en la plena identificación de los delincuentes que tomaron parte del brutal asesinato.
En su comunicado, la Policía de Honduras puntualizó que la institución “está interesada en dar una respuesta a la población en general y hace los mejores esfuerzos para trabajar coordinadamente con el Ministerio Público y lograr detener a los hechores materiales e intelectuales de este crimen”.
El pasado jueves, tras conocerse la noticia del asesinato de Said Lobo, y aún sin que se adelantaran las diligencias de levantamiento de los cuerpos, al lugar de la masacre arribó el expresidente Lobo, quien lamentó lo ocurrido. Afirmó desconocer las razones y quién podría estar interesado en hacerle daño a su hijo. En ese mismo sentido, el exmandatario elevó un llamado especial a las autoridades para que no se escatimaran esfuerzos en el esclarecimiento del crimen.
En su momento, a través de las redes sociales, la presidente de Honduras, Xiomara Castro, y su esposo, el expresidente Manuel Zelaya, se manifestaron para expresar su saludo de condolencias a Porfirio Lobo, para posteriormente, visitarlo personalmente en el lugar donde se realizaban las honras fúnebres.
El crimen ocurrido el pasado 14 de julio despertó gran conmoción en Honduras y en algunos de los países de la región, debido a que las cámaras de seguridad del lugar, permitieron conocer en detalle la forma en la que un grupo de delincuentes, empleando armas largas, y movilizándose en varios vehículos, desplegaron una ‘operación’ para abordar a Said Lobo a la salida de una discoteca, obligándolo a él y sus acompañantes a descender de una camioneta, aún sin salir del parqueadero, y tras colocarlos contra una de las paredes de del establecimiento, los fusilaron.