La Unesco anunció el pasado martes que planea extender su programa de protección contra los tsunamis a todas las zonas riesgo en el mundo de aquí a 2030, incluido el Mediterráneo y 19 localidades en el Caribe y América Central.
El programa Tsunami Ready de la Unesco tiene como objetivo asesorar a municipios y comunidades mediante planes de sensibilización de las poblaciones locales, un sistema mundial de alerta y la creación de una cartografía detallada de los puntos de riesgo.
En total, son doce recomendaciones que han ido siendo ampliadas y enriquecidas desde que la Unesco implantó el primer programa de alertas en el Pacífico, en 1965.
Decenas de localidades en el Caribe, el Pacífico y el océano Índico forman parte de Tsunami Ready. La Unesco (la agencia de la ONU para la educación y la cultura) organizó en 2019 un simulacro de alerta tsunami con la participación de 800.000 personas en la región caribeña.
En el Mediterráneo “la probabilidad de una ola de un metro (de altura), por lo tanto, catastrófica, en los próximos 30 años es muy elevada”, explicó Vladímir Ryabinine, secretario ejecutivo de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Unesco, en rueda de prensa.
70 % de los tsunamis son provocados por un sismo, como el que ocurrió en el océano Índico en 2004, que causó más de 210.000 muertos. Pero también pueden ocurrir a causa de erupciones volcánicas como de la isla de Tonga en el Pacífico, el pasado enero. “Más de 40 comunidades en 21 países se sienten más en seguridad tras unirse a Tsunami Ready”, dijo Ryabinine.
El objetivo de la Unesco de aquí a 2030 es “garantizar que el 100 % de las poblaciones costeras de riesgo estén listas para reaccionar” ante un tsunami. Las islas griegas de Kos y Samos ya han completado sus ejercicios y están listas, explicó Bernardo Aliaga, experto oceánico.
La localidad egipcia de Alejandría ha empezado a aplicar el programa, y Cannes y Estambul están trabajando en ello, añadió.“El principio general es que allá donde ha habido un tsunami, se producirá un tsunami” en el futuro, recordó Aliaga.
Zonas de riesgo
En Indonesia, a finales del pasado mes de mayo, un sismo provocó pánico e hizo que la población evacuara edificios en el suroeste del archipiélago de las islas Molucas, según la agencia nacional de gestión de situaciones de emergencia. Por fortuna no se registraron víctimas.
Sin embargo, un grupo de vigilancia frente a tsunamis dijo que el sismo podría “ser capaz de generar un tsunami que afecte la región del océano Índico”. Pero ninguna autoridad de la región lanzó oficialmente una alerta de tsunami.
Timor Oriental e Indonesia están situados en el “Cinturón de Fuego del Pacífico”, donde la presencia de varias placas tectónicas provocan una actividad sísmica elevada. En 2004, un sismo de intensidad 9,1 golpeó las costas de Sumatra y provocó un tsunami que mató a 220.000 personas en toda la región, 170.000 de ellas en Indonesia.
El terremoto de magnitud 6,2 se sintió en Timor Oriental, Indonesia y Australia sin que se registraran víctimas. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el sismo ocurrió a las 02H36 GMT y se produjo a una profundidad de 49 kilómetros, en la punta oriental de la isla de Timor, dividida entre Indonesia y Timor Oriental.
El temblor se sintió levemente en la capital de Timor Oriental, Dili, y con más fuerza en el este de la isla y también hasta Darwin, en Australia. “He visto gente huir de las casas, niños salir corriendo de las escuelas porque el terremoto fue fuerte. Pero solo duró algunos segundos”, describió un periodista de la AFP en Dili.
*Con información de AFP.