En su habitual conferencia de prensa para informar de las últimas cifras del coronavirus, como hospitalizaciones, fallecimientos y demás, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, reservó un espacio para leer una carta que llegó a su oficina.
Visiblemente conmovido, Cuomo leyó la misiva de Dennis, un agricultor retirado, quien encontró una máscara N95 sin usar y optó por enviarla a algún médico que esté combatiendo la covid-19 en la primera línea de la región más afectada por la enfermedad en el mundo.
"Estimado Sr. Cuomo, dudo seriamente que alguna vez lea esta carta, ya que sé que está ocupado más allá de lo creíble con el desastre que ha ocurrido en nuestro país. Somos una nación en crisis, de eso no hay duda. Soy un granjero retirado, refugiado en el noreste de Kansas con mi esposa, que solo tiene un pulmón, y problemas ocasionales con el pulmón que le queda. También tiene diabetes. Estamos en nuestros 70 ahora y, francamente, temo por ella”, leyó el gobernador ante la estupefacción de los periodistas que esperaban para formular las preguntas. “Adjunto encontrará una solitaria máscara N95 que me quedó de mis días de agricultor. Nunca ha sido usada. Si pudiera, ¿podría darle esta máscara a una enfermera o a un médico en su estado? He guardado cuatro máscaras para mi familia inmediata. Por favor, siga haciendo lo que hace tan bien, que es dirigir. Sinceramente, Dennis y Sharon", decía la carta. "¡Qué tan hermoso es eso! ¡Qué tan desinteresado es eso!", dijo el gobernador Cuomo mientras sostenía la máscara que le envió el granjero retirado Dennis. En este día, Cuomo tuvo buenas noticias para los ciudadanos del estado de Nueva York, pues según él, la curva de la enfermedad se sigue aplanando. Pero fue cauto al manifestar que después de superar esto habrá otra crisis en el estado, esta vez en las finanzas. En esta semana, Cuomo sorprendió con una agresiva estrategia para controlar la enfermedad en su segunda fase y así evitar que se pierdan tantas vidas como en el primer impacto de la covid-19.
"Tenemos que crear un ejército de rastreadores a gran escala", dijo Cuomo en la conferencia de prensa de ese día. "El rastreo es algo muy, muy importante. Una vez que rastreas y encuentras más (casos) positivos, se pueden aislar. Están bajo cuarentena. No pueden salir y no pueden infectar a nadie más. Esta operación nunca se hizo antes. Es intimidante", señaló. Actualmente hay unos 500 "rastreadores" del virus en el estado de Nueva York que ya están trabajando, pero la cifra debe crecer hasta los miles rápidamente en las próximas semanas, aseguró Cuomo. El multimillonario y expresidenciable demócrata Michael Bloomberg "se ha presentado como voluntario para ayudarnos a desarrollar el primer programa de tests, rastreo y aislamiento, en colaboración con la Universidad Johns Hopkins y la organización especializada en salud pública Vital Strategies", dijo.
"Trabajaremos también con las universidades del estado de Nueva York (SUNY) y la ciudad de Nueva York (CUNY) para reclutar rastreadores entre los 35.000 estudiantes de medicina en sus filas", precisó.