Este martes, la Organización Mundial de Naciones Unidas llevó a cabo su primera reunión pública formal sobre ciberseguridad, un tema que ha tomado fuerza en los últimos años y ha causado preocupación en el mundo. “El riesgo es claro” y “la cooperación es esencial” para combatir la actividad maliciosa, aseguró la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield. “Tenemos un marco, es el momento de aplicarlo”.

Por otro lado, Izumi Nakamitsu, secretario general adjunto de Desarme de la ONU, dijo que la organización manifestó que se registró “un aumento espectacular del número de incidentes maliciosos en los últimos años”, que van desde la desinformación hasta la interrupción de las redes informáticas.

El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, pidió la adopción de “nuevas normas” a través de “un proyecto de convención para 2023” que sea jurídicamente vinculante. “Si las amenazas a la seguridad informática mundial nos igualan a todos, entonces debería discutirse no dentro de un círculo estrecho de estados tecnológicamente desarrollados, sino con todos los estados de la ONU”, subrayó Nebenzia.

El debate

El debate fue impulsado por Estonia, cuya primera ministra, Kaja Kallas, defendió que la ciberseguridad se ha convertido en una de las cuestiones más importantes del momento. “Tenemos la responsabilidad de construir un futuro en el que todos los actores sigan ciertas obligaciones en su comportamiento en el ciberespacio”, subrayó Kallas.

“Estonia está convencida de que el derecho internacional vigente, incluida la Carta de las Naciones Unidas en su totalidad, el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, se aplican en el ciberespacio”, declaró Kallas.

Así mismo, en nombre de Francia, el ministro de Comercio Exterior, Franck Riester, propuso un “programa de acción” para aplicar las normas acordadas. No obstante, el debate se centró sobre cuáles deben ser esas normas, pues Estados Unidos y aliados consideran que la actual legislación internacional debe aplicar en el ciberespacio, como mencionamos. Mientras que Rusia y China reclaman un nuevo marco para regular ese ámbito.

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Para algunos, la petición de Rusia y China busca poder limitar la libertad de expresión y silenciar la oposición. Ante esto, la embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, subrayó la necesidad de asegurar un comportamiento responsable en el ciberespacio, pero a la vez de proteger las libertades en internet.

“Los mismos derechos que la gente tiene offline, incluida la libertad de expresión, asociación y asamblea pacífica, deben también protegerse online”, dijo Thomas-Greenfield.

Por otro lado, Nebenzia aseguró que la ley internacional que se puede aplicar “está lejos de cerrarse” y acusó a los países occidentales de elegir el uso de las reglas que más les convienen.

Mientras tanto, varios miembros del Consejo de Seguridad reconocieron los graves peligros de la ciberdelincuencia, incluidos los ataques de ‘ransomware’, un programa que cifra los sistemas informáticos y exige un rescate para desbloquearlos.

Esto, sobre todo, luego del ataque que recibieron varias empresas de Estados Unidos, como el grupo informático SolarWinds, la red de oleoductos Colonial Pipeline y el gigante cárnico mundial JBS. Según la Policía Federal, los ataques se atribuyeron a piratas informáticos con base en Rusia. Por ello, en una cumbre celebrada en Ginebra, Biden fijó líneas rojas para Putin, y definió 16 entidades “intocables”, desde el sector energético hasta la distribución de agua.

Con información de la AFP.