Hace unos días se conocieron las primeras imágenes del sumergible Titán tras su trágica implosión, y se rumoró que el control Logitech que se utilizó para controlar al Titán sobrevivió a la implosión.
Ahora bien, lo cierto es que las imágenes son falsas, ya que de acuerdo con el portal LevelUp “hasta ahora, las autoridades no han publicado ninguna imagen o video que los muestren. Por otro lado, expertos aseguran que un control como el Logitech F710 no podría aguantar la presión de estar a 10,000 pies bajo el agua”.
¿Qué es una implosión submarina?
Una implosión submarina es un fenómeno que experimenta un objeto cuando la presión externa llega a ser tan elevada que esta logra superar la resistencia de ese cuerpo. En el caso de Titán, la presión bajo el agua llega a ser tan fuerte que logra deformar la estructura del vehículo, al punto que esta se rompe y colapsa desde su interior.
Según expertos, esta situación se produce cuando un submarino se sumerge a una profundidad que es muy superior a la que puede soportar.
A diferencia de una explosión, en una implosión submarina, la energía es liberada hacia el interior del objeto que es afectado por la presión del agua, lo cual genera una onda de choque que comprime con gran fuerza el aire y el agua, generando una burbuja de vacío que en poco tiempo se colapsa con gran fuerza.
Especialistas han indicado que el sonido producido por una implosión submarina puede ser escuchado a varios kilómetros de distancia de donde se produce, esto debido a que se trata de un ruido muy intenso.
Este fenómeno también tiene un efecto en las personas que están en el interior del submarino que implosionó, los cuerpos sufren una deformación porque sufren una gran compresión, por lo tanto, se hace más difícil identificación y recuperación.
En su momento, el equipo del show de televisión llamado ‘Cazadores de Mitos’ (Mythbusters), desarrollaron un experimento para poder explicar de una manera más gráfica cómo se produce una implosión. Un video publicado en YouTube expone ese ejercicio y evidencia los efectos de una implosión en un objeto que ha sido sometido a una gran presión.
¿Cómo era por dentro el Titán?
Durante y después de conocerse el fatídico desenlace, uno de los misterios ha girado en torno al vehículo marítimo; además de su capacidad real para adelantar ese viaje. Anteriormente, varias personas hicieron parte de una travesía que choca en opiniones: para algunos fue un viaje “maravilloso” y otros calificaron las condiciones a enfrentar como un “infierno”.
El submarino tenía 6,5 metros de longitud y la exploración a bordo tardaba aproximadamente ocho horas, desde el lapso de descenso, observación hasta su regreso a la superficie. Para poder llegar a las profundidades del océano, los interesados debían pagar 250.000 dólares por cada asiento en el Titán.
Recientemente, volvió a circular un video del, hasta hace unas semanas, CEO de OceanGate y uno de los tripulantes fallecidos, Stockton Rush, haciendo un recorrido explicativo en el vehículo marítimo. En este detalló cómo operaba el artefacto y otras características a bordo.
“Tenemos nuestra pantalla de control aquí, nuestra pantalla de sonda y podemos poner cualquier imagen que queramos en la parte de atrás. Hemos adoptado un enfoque completamente nuevo para el diseño y todo se ejecuta con este controlador de juego y estas pantallas táctiles”, indicó Rush.
En esa ocasión, el experto también entregó algunas particularidades sobre el estado del Titanic. “Continúa decayendo y parece estar acelerando, está siendo devorado por una bacteria, por lo que literalmente está siendo devorado por el océano. No se está oxidando, por lo que estas cosas que se llaman rústicas son en realidad producto de la bacteria”, añadió.
Las últimas horas, por ejemplo, se puso en duda la seguridad dentro del sumergible. Un experto en submarinos que viajó en el Titán en 2019 relató haber escuchado un crujido en la nave que parecía indicar que “un área del casco se estaba rompiendo”. Pese a que en ese entonces envió un correo preocupado al CEO de OceanGate, Stockton Rush, la misiva no fue respondida.
Quien denunció las presuntas fallas en el Titán fue Karl Stanley, ciudadano estadounidense que hoy reside en Honduras, donde tiene un negocio de sumergibles turísticos. Lo hizo en conversación con CNN, donde comentó que cuatro años atrás fue invitado por Stockton Rush, uno de los fallecidos tras la implosión, para vivir de primera mano un viaje turístico de prueba de la nave.
Pero esta no fue la única denuncia contra el mal funcionamiento del submarino. Bill Price, un hombre amante de este tipo de aventuras en California, habló con Los Angeles Times y confirmó que estuvo en el Titán hace dos años y en el recorrido se perdió completamente la comunicación con la nave nodriza y se recuperó solamente una hora después de empezar el viaje.
Incluso, tiempo después, la propia tripulación del submarino se dio cuenta de que había problemas mecánicos que obligaron a liberar peso en la embarcación para que esta pudiera volver a la superficie sin ningún problema. Por supuesto, este hecho llenó de preocupación y miedo a los tripulantes, pues sienten que estuvo en riesgo su vida.