CONFLICTO

Un cese al fuego de amores y odios

Mientras miles de azeríes celebraban el cese de hostilidades que firmó su país con Armenia, al otro lado de la frontera el ambiente estaba lejos de ser festivo. Según el acuerdo de tregua, mediado por el Gobierno ruso de Vladímir Putin, las tropas armenias deben abandonar la región de Lachin y el distrito Agdam, que controlan desde 1994. También deben renunciar a los territorios que ganó Azerbaiyán durante los enfrentamientos de las últimas semanas, y el corredor de Lachin, que comunica la región en disputa de Nagorno Karabaj con Armenia, quedará por cinco años bajo la vigilancia de 1.960 soldados rusos. Por otro lado, el Gobierno de facto de la región seguirá controlando la capital, Stepanakert, y otros territorios.

El acuerdo no cayó nada bien y varios armenios enfurecidos entraron a la residencia del primer ministro Nikol Pashinyan y al Parlamento para destruir lo que encontraron, e incluso golpearon brutalmente al presidente de la Asamblea Nacional. Pashinyan señaló que era un acuerdo “doloroso”, pero que era la única salida tras las victorias de las tropas azeríes en puntos estratégicos. Eso no convence a muchos armenios, que creen que el acuerdo es una traición a la patria. El cese al fuego llegó después de un mes y medio de enfrentamientos que dejaron miles de muertos y cerca de 100.000 desplazados. El conflicto data de 1988, cuando la región de Nagorno Karabaj, mayoritariamente de etnia armenia, se enfrentó al Gobierno azerí y declaró su independencia con el apoyo de Armenia. Para el final de la guerra, en 1994, Azerbaiyán había perdido cerca del 20 por ciento de su territorio. Desde entonces, esta zona del Cáucaso se convirtió en una olla a presión para las potencias vecinas, que tratan de extender su influencia, especialmente Rusia. Ahora, con el acuerdo, parece que el Kremlin ganó la carrera por convertirse en un actor indiscutible en la región.

FRASE

“Tenemos que dejar de ser un país de maricas”,

dijo el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, refiriéndose al manejo de la pandemia. El gobernante sostiene que se ha sobredimensionado la gravedad del virus, a pesar de que en su país han muerto 162.000 personas y cerca de seis millones se han contagiado.

CIFRA

1.242

millones de dólares anuales le cuestan en promedio los embarazos adolescentes a cada uno de los países de Latinoamérica y el Caribe, según un informe de la ONU. La organización afirma que el fenómeno “es una fábrica de pobres en América Latina”.

LA FOTO

Regreso del ostracismo

Menos de 24 horas después de la investidura de Luis Arce como presidente, Evo Morales regresó a Bolivia tras un año en el exilio. “No dudaba que iba a volver, pero no sabía que iba a ser tan pronto”, declaró antes de cruzar por tierra desde Argentina, acompañado por el presidente Alberto Fernández. Tras regresar, Evo emprendió una caravana de más de 1.000 kilómetros a la espera de relanzar su carrera política, pero con la duda de que Arce, otrora su delfín político, acepte conformar una alianza.

VATICANO

La versión de la Santa Sede

En un informe de 450 páginas, elaborado a pedido del papa Francisco, el Vaticano desmintió haber ocultado los abusos sexuales contra menores de edad del excardenal estadounidense Theodore McCarrick. En el documento, el Vaticano niega una conspiración del silencio aunque reconoce una cadena de errores que lo favorecieron. El ascenso al poder del arzobispo de Washington fue posible bajo tres pontificados, entre ellos el de Juan Pablo II, sumado a que las más altas instancias del Vaticano desestimaron los testimonios sobre sus delitos durante décadas. En 2018, el papa Francisco lo despojó de su título de cardenal y en 2019 le quitó su condición de sacerdote, decisión tomada tras la investigación del arzobispado de Nueva York. Durante medio siglo, McCarrick fue encubierto por otros obispos de su país. El informe menciona varios donativos de McCarrick a obispos y funcionarios, pero concluye que esos gestos “no influyeron en las decisiones” tomadas por la Santa Sede.

REINO UNIDO

La hora de la verdad

19 de noviembre. Es la fecha que Londres y Bruselas proyectan como límite para cerrar el acuerdo del brexit y ponerlo en vigor el primero de enero, día en que el Reino Unido sale por completo de la Unión Europea. Con el reloj en contra, las negociaciones se reanudaron el lunes en Londres. El negociador europeo Michel Barnier dijo que intentará “redoblar los esfuerzos” y subrayó que un acuerdo requiere “respetar la autonomía europea y la soberanía británica”, “sólidas garantías de competencia justa” y un “acceso recíproco a la pesca y su mercado”. Los retrasos y desacuerdos vienen por cuenta de las enmiendas que el primer ministro Boris Johnson ha querido hacer a los acuerdos establecidos con Bruselas. Pero el Parlamento británico le dio la espalda y rechazó el proyecto relativo a la frontera entre Gran Bretaña e Irlanda que los tenía en problemas. Si Johnson no quiere una transición traumática tendrá que ceder.

HONG KONG

Sin oposición

En menos de seis meses, Hong Kong pasó de ser el bastión democrático en territorio chino a convertirse en una auténtica pesadilla para la libertad de expresión. Tras la imposición de la Ley de Seguridad Nacional desde Beijing, el Gobierno central de Xi Jinping catalogó cualquier acto que cuestione los movimientos del Partido Comunista de China como un acto de traición. En este clima represor, todas las semanas líderes opositores abandonan la isla escapando de una dura condena en prisión, o se retiran de su actividad política al verse contra las cuerdas en un terreno hostil. Esta semana, 15 diputados prodemocracia dimitieron en protesta contra el Gobierno local de Hong Kong, dominado también desde Beijing y que inhabilitó a otros cuatro diputados por medio de la resolución que permite revocar a políticos considerados una amenaza para la seguridad nacional sin necesidad de pasar por un tribunal. Desde el jueves, el Parlamento hongkonés se reúne sin ningún diputado prodemocracia.